Los cruceros de una sola empresa, diez veces más contaminantes que todos los coches de Europa

Gigantescos, lujosos y muy, muy sucios. Los cruceros emiten dióxido de azufre diez veces más que los 260 millones de coches de toda Europa. Así lo asegura en un informe de la Federación Europea de Transporte y Medioambiente, en el que España aparece como el país más expuesto a esta contaminación.

Esta organización no gubernamental acusa a compañías de cruceros como Carnival o Royal Caribbean de utilizar combustibles sucios, cuya combustión genera altos niveles de gases tóxicos dañinos para la salud y que contribuyen a la acidificación del medioambiente terrestre y acuático.

Una de las emisiones más contaminantes de los cruceros y los cargueros es el dióxido de azufre o SO2, que además de provocar problemas respiratorios es uno de los principales factores asociados a la lluvia ácida y en general la acidificación de los ecosistemas.

España, el país más afectado por la contaminación de los cruceros

En términos absolutos, las costas de España son las más afectadas por las emisiones de dióxido de azufre de estas ciudades flotantes. El impacto es también muy importante en Italia, seguida por Grecia, Francia, Noruega y Portugal.

En cuanto a los puertos, los más contaminados por los cruceros son los de Barcelona y Palma de Mallorca. También el de Venecia, donde los vecinos luchan desde hace años para que el Gobierno prohiba atracar a estos gigantes del mar.

La Federación de Transporte y Medioambiente critica que las ciudades hayan declarado la guerra a los vehículos diesel, mientras dan carta blanca al tráfico de cruceros.

Un estudio falto de rigor, según Carnival

La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros rechaza las conclusiones del informe y las cifras aportadas, y asegura que el sector está comprometido con la sostenibilidad. Contactados por euronews, desde Carnival Corporation tachan el estudio de “falto de rigor” y aseguran que no tiene validez científica. “Es triste ver una irresponsabilidad semejante en una organización que claramente tiene una agenda para crear “ruido” sin observaciones científicas legítimas y transparentes que apoyen sus afirmaciones” nos han dicho por email.

La organización Transport & Environment nos ha respondido que su metodología es transparente y está aceptada por la Organización Marítima Internacional y destacan que lo que muestra el estudio es que la normativa en vigor supone un alto índice de emisiones, no han entrado a valorar si la empresa cumple o no con las normas, dan por sentado que sí.

Las imágenes de concentraciones de dióxido de azufre de la agencia europea Copernicus muestran que los lugares más contaminados en general coinciden con las rutas marítimas.

Las rutas de la contaminación marítima, vía satélite

El sector marítimo también contribuye mucho a las emisiones de dióxido de nitrógeno, otro de los principales gases contaminantes. Este fin de semana se observaba una gran concentración de NO2 en Malta, pero una vez más, se puede seguir fácilmente el rastro de las rutas marítimas gracias a las concentraciones de este gas contaminante.

Este fin de semana se produjo una importante manifestación de venecianos, hartos del peligro que representa el incesante vaivén de estos gigantes en el frágil ecosistema de la laguna después del grave accidente que ocurrió la semana anterior entre un crucero y un pequeño barco turístico.

El informe T&E también aboga por que Europa aplique lo antes posible una norma portuaria de “emisiones cero” en los cruceros, que luego podría extenderse a otros tipos de buques.

El informe también recomienda ampliar al resto de los mares europeos las zonas de control de emisiones (ECAs), que actualmente sólo existen en el Mar del Norte, el Mar Báltico y el Canal de la Mancha.

“Los cruceros de lujo son ciudades flotantes alimentadas por el combustible más sucio que existe”, dice Faig Abbasov, jefe de navegación de Transport & Environment.

“Las ciudades están prohibiendo, con razón, los coches diesel, pero están dando carta blanca a las compañías de cruceros que emiten gases tóxicos que causan daños inconmensurables tanto a bordo como en las costas cercanas. Esto es inaceptable” comenta.