Para septiembre de 2015, el Gobierno de Estados Unidos pensaba abrir su cielos a los aviones no tripulados, pero la Administración Federal de Aviación pospondrá esa fecha debido a que todavía quedan cuestiones técnicas por resolver. Sin embargo, la FAA no ha puesto otra fecha alternativa, pero sí sabe que no será para dentro de dos años, como había solicitado el Congreso de ese país.
La FAA quiere estar segura de que se den los pasos necesarios para garantizar la seguridad, ya que estima que por las expectativas económicas que está demandando el nuevo sector de aviación, alrededor de 7.500 drones comerciales estarán sobrevolando el país a los cinco años de que se produzca la apertura de cielos estadounidenses.
De esta manera, la FAA considera necesario realizar un periodo experimental en el que se establecerán seis lugares para poder probar los aviones no tripulados y comprobar que no interfieren con los aviones tripulados, ni entre ellos.
La FAA quiere asegurarse de determinar si los drones son capaces de detectar otros objetos voladores y así evitar la colisión, y si su sistema de control a distancia es susceptible de ser intervenido por ondas de algún tipo o por hackers. Por eso tomará medidas al respecto en las seis áreas de experimentación.
. Se calcula que la inversión anual para la investigación y desarrollo del sector en todo el mundo pasará de 6.600 millones de dólares de este año a los 11.400 millones de 2022.