La ciencia ha confirmado que los lindos tienen más amigos, mejores trabajos y ganan más que los feos. Fueron economistas argentinos los que comprobaron que hasta tienen más chances de ser llamados cuando dejan un currículum.La ciencia parece haber podido confirmar lo que se supone: las personas bellas la pasan mejor que los feos. Cuando se ve algún feo que triunfa, algunos pueden pensar que la sociedad maduró y no es necesario lucir perfecto para estar en TV o revistas. Pero no es tan así.
Un prestigioso economista de la universidad de Texas reconfirmó lo que se intuía desde siempre: los lindos siempre la pasan mejor. Sus fundamentos están en que tienen los mejores puestos en el trabajo, mejores sueldos, tasas para sus créditos, mejores parejas y hasta más amigos en la redes sociales.
Buscando corroborarlo, un grupo de economistas argentinos demostró a través de una rigurosa metodología que los empleadores no sólo llaman más a los lindos sino que también los contactan mucho más rápido.
“La belleza paga: por qué la gente atractiva tiene más éxito”. Ese es el título que eligió Daniel Hamermesh para su libro, en el que asegura que la gente linda gana entre un 10 y un 15 por ciento más que el resto y pueden llegar a ganar hasta 230 mil dólares más a lo largo de su carrera. Su base para esta afirmación se encontraría en encuestas y estadísticas de los Estados Unidos y Canadá. La conclusión es que a todos le gusta interactuar con los lindos, y por eso, los empresarios los contratan más ya que terminan siendo más productivos. “No hay dudas de que a los más feos les va peor en el mercado laboral”, contestó Hamermesh en una conferencia telefónica a un colega mexicano. “Abogados, políticos, futbolistas, prostitutas, todos ellos ganan más si son lindos. La única ocupación en la que no importa la belleza es la de ladrón, y tiene sentido, cuanto más feo más miedo le voy a tener…”, bromeó el economista.
La justificación del especialista para esta discriminación es que “antes se creía que la belleza era un indicador de la buena fertilidad. Eso hoy es una antigüedad, pero ahora se relaciona la belleza con la salud, y por eso se elige a los lindos como pareja, por los genes que van a transmitir”.
No es el único que tiene este pensamiento, ya que basándose en una ecuación de Kang Lee (Universidad de Toronto), Pamela Pallett y Stephen Link (Universidad de California) postulan que la cara perfecta se establece cuando el espacio entre los ojos y la boca es el 36% del largo de la cara, y el que media entre los ojos, un 46% del ancho del rostro, los economistas argentinos Martín Rossi (Universidad de San Andrés), Florencia López Boo (BID) y Sergio Urzúa (Northwestern) han logrado demostrar que existe el peso de la belleza en el mer demostraron el peso de la belleza en el mercado laboral.
El mecanismo fue sacar foto de gente real y un diseñador se encargó de manipularlas para volverlas atractivas o feas. Las mismas fueron enviadas a distintas empresas que solicitaban empleados. La conclusión fue que los lindos tuvieron un 36% más de llamados que los feos. Además, los currículums que no fueron enviados con foto, tuvieron más llamados que los feos.
“Demostramos que es pura discriminación. La belleza no tiene nada que ver con la inteligencia. Los empleadores no llaman a los feos simplemente porque quieren cruzarse con gente linda por los pasillos o en la máquina de café”, dice López Boo a Clarín. “Se probó claramente la discriminación porque en algunos casos mandamos el mismo curriculum con la foto de un feo y con la de un lindo. No sólo a los lindos los llaman más sino que también los llaman más rápido”, agregó Rossi. El trabajo fue publicado recientemente en Economics Letters .
Hay un economista español que pinta un panorama desolador. Se trata de Fernando Esteve, profesor de Análisis Económico en la Universidad Autónoma de Madrid y asegura que el mercado de los productos de belleza, está en un constante crecimiento porque cada vez existen más feos. En realidad planteó que lo que ha aumentado es la apreciación subjetiva de la fealdad fruto de los medios de comunicación y la globalización: “ahora, en cada lugar, los individuos ya no se comparan sólo entre sí sino con los más guapos y guapas del mundo tal y como aparecen en las revistas, el cine y la televisión. Comparada con Angelina Jolie o con Scarlett Johansson la chica más guapa del barrio, de casi cualquier barrio del mundo, es casi segura y lamentablemente, fea”, concluyó.