Los próximos tigres

La economía mundial viene mostrando un crecimiento moderado y desigual. Las principales potencias no pueden salir de la crisis y el crecimiento de los BRIC se ha desacelerado. Pero aparecen nuevas estrellas entre los países que, hasta ahora, no habían sido valorados.

foto pag 10 aEstados Unidos y la Unión Europea no pueden dejar de lado la crisis que comenzó allá por el 2008. Sus economías, en el mejor de los casos, crecen a un ritmo tan lento que ni siquiera cubren lo necesario para sumar al mercado a los jóvenes que cada año ingresan al mundo laboral. De los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), ninguno va demasiado bien desde el inicio de la crisis; y están muy lejos ya de sus crecimientos a tasas del 8 o 9% anual.

Por eso, los principales centros financieros del mundo tratan de descubrir cuáles serán las nuevas estrellas del firmamento económico mundial que nos ayuden a reponer al muy golpeado PBI global. Leyendo dos de esos análisis, encontré que hay tres países similares: Polonia, Turquía e Indonesia.

Quienes suscriben los artículos en cuestión son Joshua Keating, ayudante redactor de la edición estadounidense de FP (Foreign Policy); y Ruchir Sharma, responsable de “valores de renta variable en mercados emergentes y macroeconomía mundial” en Morgan Stanley Investment Management y autor de Breakout Nations. Ambos eligen a siete nuevos países en ascenso.

Para Keating, son: Corea del Sur, Canadá, Suecia, México, Polonia, Turquía e Indonesia. Sharma, además de coincidir en la elección de los tres últimos, cita a Filipinas, Tailandia, Sri Lanka y Nigeria. Pero, ¿qué ven estos dos economistas, tan distintos entre sí, en las economías polaca, turca e indonesia como para colocarlas entre las locomotoras de un nuevo proceso con diferentes actores?

De Indonesia, Sharma rescata el hecho de que su economía está basada en sus materias primas. Asegura que ha encontrado el equilibrio entre su mercado exportador y su saludable economía de consumo interno, y entre el capital nacional y los generadores provinciales de crecimiento, cada vez más dinámicos. Y que su líder, Susilo Bambang Yudhoyono, comprende los principios fundamentales de la reforma económica.

Por su lado, Keating resalta que los indonesios están seguros de sí mismos. El 80% cree que su país tiene fuertes posibilidades de convertirse en una superpotencia global; de hecho, hace poco superaron a los indios como los consumidores más optimistas del mundo. Indonesia posee un mercado de consumidores de clase media amplio y en expansión; en 2012, las ventas de coches subieron un 15% respecto al 2011. Nissan está invirtiendo casi 400 millones de dólares en duplicar su producción en el país. Las inversiones extranjeras representaron casi un tercio del PBI en el segundo trimestre del año pasado. Indonesia, con casi 250 millones de habitantes, está disfrutando de su dividendo demográfico, con una elevada ratio de adultos en edad laboral respecto a los que dependen de ellos; algo similar a lo que impulsó el increíble crecimiento de China e India durante el último decenio.

Con un crecimiento del 6,3% en el 2012, todo indica que Indonesia fue la segunda economía mundial, detrás de China pero antes de India y Brasil. Así lo aseguró por estos días el ministro indonesio de Finanzas, Agus Martowardojo. Para 2030, pasará a ser la séptima economía del mundo, con un PBI de 1.800 millones de dólares. Y se ubicará delante de naciones como Alemania y el Reino Unido, de acuerdo con una previsión publicada por  la consultoría McKinsey&Company.

Con respecto a Turquía, Keating observa que durante la última década, este país poco expuesto a la crisis financiera europea consiguió casi triplicar su PBI y su renta per cápita. Se convirtió en el mayor fabricante de autos de Europa, con fábricas de Honda, Hyundai, Renault, Toyota y Ford; y ocupa un lugar destacado en el sector farmacéutico.  Además, ha recuperado su papel histórico de puente entre Europa y Medio Oriente. Actualmente, su mayor socio comercial es Alemania; pero Egipto, Irán, Irak y Arabia Saudí son cada vez más importantes para las cuentas del país.

Ruchir Sharma señala que el primer ministro turco Rayyip Erdogan le ha aportado a su país ortodoxia económica al controlar la hiperinflación  que estaba disparada cuando llegó al poder en 2003. Y que ha permitido generar oportunidades para los musulmanes devotos, a los que los regímenes laicos anteriores les impedían obtener buenos puestos de trabajo. Así, incluyó a la mayoría de la población en la economía establecida y desde entonces Turquía no ha dejado de prosperar.

Por supuesto, no todas son buenas noticias. El ministro de Finanzas, Mehmet Simsek, admitió que el crecimiento de la economía turca no alcanzará el 3% en 2012. Y eso que las expectativas del gobierno, consciente de que la crisis en  la UE le iba a pasar factura también a la economía turca, eran de un moderado 4%. El gran problema es el déficit, que pasó del 2% del PBI en 2009 al 10% en 2011. Un dato positivo es la reducción constante del desempleo, que pasó de una tasa del 12,5% en 2009 a menos de un 10% en el último año. Lo mismo puede decirse de los índices de pobreza: el número de personas que viven con menos de 2 dólares al día ha caído de un 3% en 2002 a un 0,14 % el año pasado.

En cuanto a Polonia, estrella de Europa del Este, Sharma asegura que es un país estable, que atrae inversiones y recibe subsidios de la Unión. Ha hecho las reformas necesarias en sus instituciones financieras y logró reducir su déficit para cumplir los requisitos de la UE. Además, no sufre la misma inestabilidad que implica la incorporación al euro para Portugal y España, por ejemplo.

Según Keating, los años malos de Europa han sido buenos para los polacos. Su economía creció un 15,8% entre 2008 y 2011, mientras la economía global de la Unión Europea retrocedía un 0,5 %. En 2009, el peor año de la crisis, la economía polaca fue la única de la UE que no sufrió contracciones. Los analistas dicen que el milagro de Polonia es consecuencia de políticas monetarias inteligentes y de un bajo nivel de endeudamiento; y coinciden en que un gran mercado de consumidores internos permitió que las empresas  dependieran menos de las exportaciones, como no ocurrió con países vecinos. La verdad es que los polacos hacen más esfuerzos que muchos otros europeos. Sin ir más lejos, trabajan unas 500 horas más al año que los alemanes, a pesar de que ganan la quinta parte de los salarios que perciben los germanos.

pag.10 bPolonia es hoy es el primer exportador al mercado de la Unión Europea de piezas para vehículos, alimentos procesados y electrodomésticos, con una economía fundamentada en las pequeñas y medianas empresas. La Bolsa de Valores de Varsovia, creada hace dos décadas, es la más grande de Europa Oriental y duplica sobradamente en capitalización a la segunda (Viena); también es la cuarta en volumen de negocios de todo el Viejo Continente.

Tres países completamente diferentes. Tres economías que crecen en un mundo que se achica, con tres sociedades que provienen de culturas completamente distintas. Si ellos pueden, todos podemos.

 

Canadá

pag.10 cJoshua Keating pone la lupa en la economía de Canadá. El 1 de julio, Día de Canadá, durante la fiesta nacional de 2012 se hizo oficial algo impensado hace veinte años: por primera vez, el canadiense medio es más rico que el estadounidense medio. El gobierno canadiense recortó el gasto y redujo el déficit en los ‘90, y eso le permitió recurrir al alivio fiscal e invertir en paquetes de estímulo cuando llegó la crisis de 2008. Al mismo tiempo, se resistió a los cantos de sirena de la desregulación de su sector financiero, como dijo su antiguo primer ministro Paul Martin. Eso obligó a los bancos a evitar muchas de las conductas de riesgo que pusieron en peligro a las instituciones financieras de otros países. Mientras tanto, el Gobierno continuó invirtiendo en infraestructuras.

La renta disponible de los canadienses aumentó un 15% en los últimos diez años. Pero no todo es maravilloso: su crecimiento económico depende de las exportaciones de crudo procedentes de sus lucrativas arenas bituminosas, un recurso no renovable.

 

Nigeria

Ruchir SharmaRuchir Sharma, en cambio, pone los ojos sobre Nigeria. En un país plagado de dirigentes corruptos, el presidente Goodluck Jonathan se ha comprometido a hacer reformas y a fomentar las inversiones en agricultura, petróleo, gas natural y, sobre todo, en energía eléctrica. De momento, el volumen de electricidad que genera toda Nigeria es menor al de algunas ciudades pequeñas de Inglaterra. Eso hace que sea uno de los mercados más caros del mundo para las empresas que desean establecerse allí.

Lo bueno es que, en un lugar así, no hace falta mucho para mejorar. El nivel inicial es muy bajo, pues su renta per cápita es de sólo 1.500 dólares. El vuelco histórico que ha supuesto pasar de un mal gobierno a uno bueno, dedicado a mejorar las infraestructuras básicas y a impulsar las inversiones, quizá baste para que Nigeria sea el que crezca más rápido durante los próximos cinco años. En el proceso, podría convertirse en la mayor economía del continente africano.