Recientemente se reglamentó la Ley de Generación Distribuida, que permitirá ser productor e incluso inyectar el excedente del consumo en la red nacional.
La Ley de Generación Distribuida fue votada por el Congreso el 29 de noviembre 2017 y busca promover la generación de energía renovable por parte de usuarios particulares. La idea es que en las casas o en las empresas se puedan usar fuentes como el sol, el viento, el agua y la biomasa para obtener electricidad, que será autoconsumida y su excedente será inyectado a la red de distribución.
Con la instalación, por ejemplo, de paneles solares o pequeños aerogeneradores, las industrias, las PyMEs y los hogares podrían generar un ahorro económico y contribuirían con el medio ambiente.
La Ley Nro 27.424 contempla varias fuentes para generar energía: la solar fotovoltaica, la eólica de baja potencia, los pequeños aprovechamiento hidráulicos, la biomasa y el biogás. Obliga además a los prestadores del servicio público de distribución a facilitar la inyección del excedente en la red.
También indica que a partir de la sanción, todo proyecto de construcción de edificios públicos nacionales deberá incluir la utilización de algún sistema de generación distribuida proveniente de fuentes renovables. Explica que la autoridad de aplicación evaluará los edificios de este tipo que ya existen y propondrá la incorporación de un sistema de eficiencia energética.
El texto indica que los usuarios que quieran participar deberán contar con autorización del distribuidor para conectar el equipamiento. Se dispondrá entonces una evaluación técnica y de seguridad de la propuesta. Una vez aprobado este punto, el usuario y el distribuidor firmarán un contrato de generación eléctrica bajo la modalidad distribuida. Ahí se contemplarán las bonificaciones adicionales por la energía que usará en los períodos en los que no se autoabastezca. Luego, el distribuidor conectará e instalará el equipo de medición y habilitará la instalación para inyectar energía a la red. Los costos del equipo, la instalación y las obras necesarias deberán ser solventadas por el usuario.
La Ley establece además la creación del Fondo para la Generación Distribuida de energías Renovables (FODIS), que tiene como objetivo otorgar préstamos, incentivos y garantías, entre otras cosas.
“Cada usuario podrá instalar cualquiera de las tecnologías de energías renovables. La mayoritaria va a ser la solar, pero eso va a depender mucho de la provincia”, explicó Marcelo Álvarez, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER). La Ley estipula que a quienes venden su excedente a la red, se les pague el precio mayorista, por lo cual, los que instalen estos sistemas en sus propiedades, amortizarán más rápido el precio de las instalaciones si usan la energía para el autoconsumo. En líneas generales, según explicó el dirigente, un sistema chico, que genere 3 KW se puede amortizar en 6, 7 u 8 años. Un panel solar cuesta alrededor de 5 mil dólares y sirve durante 30 años. “Esto les va a generar una cuota de independencia en eventuales cortes diurnos. Almacenar en baterías para usar de noche, por el momento no es una opción barata. Lo será en 3 o 4 años”, comentó.
Todavía no está definido cómo se aplicarán los incentivos anunciados. El FODIS contará con 500 millones de pesos para 2019 y se cree que se emplearán en créditos blandos del Banco Nación para que los usuarios puedan adquirir los sistemas. “Las autoridades prometieron definirlo antes de fin de año”, indicó Álvarez.
Casi un año después de la sanción, el 2 de noviembre salió la reglamentación. En la misma se indica la importancia que le da el Gobierno al proyecto. “La expansión del uso de las fuentes renovables de energía destinadas a la producción de energía eléctrica constituye una cuestión de máxima prioridad para el Poder Ejecutivo Nacional y una política de Estado de largo plazo con aptitud para asegurar los beneficios de energías limpias para el país y para todos sus habitantes”, destacó.
En el mismo sentido se expresó el secretario de Energía, Javier Iguacel, en su cuenta de Twitter, al referirse a esta ley como un paso “clave” para tomar conciencia de la energía que se consume. “Va a depender de nosotros mismos producirla y ahorrarla”, resaltó. Y agregó: “Todo esto es un cambio de paradigma en la sociedad argentina. No solo vamos a poder conseguir un ahorro económico en la factura de electricidad, sino que, más importante, cuidamos el medio ambiente. Podemos vivir en un planeta más limpio”.
La Ley ya está reglamentada pero ahora se espera que se emita la resolución en la que se darán detalles sobre la implementación. La normativa es nacional pero en algunas provincias ya existían regímenes similares. Por ejemplo, en Santa Fe, (con el programa Prosumidores), Mendoza y Salta. La idea es que puedan adherir a la ley nacional y que los usuarios puedan beneficiarse de los incentivos de ambos proyectos, ya que el provincial y el nacional no son excluyentes.
En una primera etapa se espera que se sumen más que nada las PyMEs y los comercios, ya que para los usuarios residenciales la situación puede ser más difícil por los costos.
En la actualidad ya hay algunas empresas y organismos que tienen instalados estos sistemas, previo a la reglamentación de la ley. Por ejemplo, la estación de Buquebús en Puerto Madero, el Hospital Posadas o el edificio de las ex bodegas Giol y sede del ex Ministerio de Ciencia y Tecnología. Estos tres ejemplos cuentan con un sistema de generación distribuida.
Álvarez cree que en este tema, la difusión es clave. Explicó que en los mercados, en general el boom se da tres años después de que salgan las resoluciones. “Habría que ver cuáles son los incentivos, pero seguramente al principio se acoplen los que ya conocen cómo funcionan estas tecnologías por ejemplo en Europa, o las empresas que saben sobre el tema y se dan cuenta de que les cierra el número”, indicó. Explicó que estos sistemas de autogeneración podrán usarse en edificios, con un panel que alimente a muchos departamentos. También detalló que en la actualidad algunos barrios cerrados ya están averiguando cómo instalar paneles para abastecer a todas las áreas comunes.
Santa Fe es una de las provincias que ya adhirió a la ley nacional. Allí ya había una normativa provincial, y algunos usuarios estaban produciendo su propia energía. Es el caso del Casino Puerto de Santa Fe, en la capital, que desde hace tres años viene instalando paneles solares y en la actualidad genera 150 KW, que abarcan el 4 por ciento de la electricidad total del complejo. “Nuestro enfoque fue un compromiso social y medioambiental”, explicó Diego Guerra, arquitecto y jefe de obras del Casino. Invirtieron 10 millones de pesos desde que empezaron con la compra, y algunos paneles ya se amortizaron y hoy en día eso les permite ahorrar. Planean seguir por este camino. Por el momento, según contó Guerra, la ley provincial no contempla a grandes consumidores a la hora de inyectar energía a la red. Por eso están a la espera de estudiar bien la normativa nacional para poder acoplarse a lo que más convenga a sus necesidades.
Para Marcelo Álvarez, esta ley implica un cambio de paradigma de desarrollo, que propone descentralizar, involucrar a la sociedad civil y consumir inteligentemente. Los usuarios empezarán a generar su propia energía y a consumir menos. “La más barata de las fuentes renovables es no malgastar energía. Durante muchos años en la Argentina no se concientizó sobre eso”, indicó.
El especialista advirtió que el país está entrando último en el mundo en este mercado. Incluso en Latinoamérica está atrasado con respecto a otros. “Cuando asumió el nuevo gobierno, en 2015, estábamos en el puesto 14 en Latinoamérica”, indicó. Sin embargo, es optimista para el futuro. Ve con buenos ojos esta ley y asegura que desde CADER tienen diálogo constante con las autoridades para ayudar a mejorar las propuestas. También cree que se conseguirá el objetivo para 2025 que busca que el 20 por ciento de la energía producida en el país sea de fuentes renovables. Por otra parte, considera que al entrar últimos en este sistema se puede aprender de los aciertos y los errores de otros países en el tema.