La Defensora Oficial habló en la 99.9 sobre el caso de José Rodríguez que pasó 4 años preso por matar a uno de los ladrones que lo quería robar y luego, un jurado popular lo declaró “no culpable”.
El caso del tornero José Rodríguez pasó más de cuatro años preso por defenderse en un robo y haber matado a uno de los ladrones, hasta que finalmente un jurado popular lo declaró como “no culpable”; aunque ya nadie le podrá permitir recuperar el tiempo perdido.
La defensora oficial Luba Lazarczuk fue la encargada de acompañarlo y señaló en la 99.9 lo que tuvieron que atravesar en un proceso donde el sistema judicial volvió a mostrar sus falencias: “era una persona sin antecedentes y jamás estuvo vinculado a una causa penal. A la defensora se le superponía el juicio con otro que se había resuelto por lo que asumí la defensa 15 días antes de la fecha de juicio. Lo vi con sorpresa a pesar de los años que llevo en esta profesión, se trata de una persona pobre, excluida y muchas veces en la provincia de Bs As esa es la causa de que no se lo considere en las mismas condiciones de otros”.
Por suerte, apareció en el camino el juicio por jurados que es una herramienta muy poco utilizada: “finalmente ha sido el jurado popular el que hace justicia para estos hombres. Cuando una causa llega a juicio, intervinieron antes varios fiscales. Hubo varios controles y operadores judiciales previos profesionales que tienen limitaciones al momento de ejercer su función por el temor de la presión mediática. La única ilusión que queda es ir a un jurado popular y obtener justicia real”.
A lo largo de todo el proceso, el Poder Judicial no escuchó los argumentos del acusado y es lo que le llamó la atención a la Dra. Lazarczuk: “nadie escuchó a mi defendido, nadie está dispuesto a tomar una decisión que modifique el status quo. Es el motivo por el cuál la justicia está deslegitimada. Cada vez que hay un suceso con intervención judicial se genera desilusión porque no está a la altura de lo que espera la sociedad”.
Fueron cuatro largos años que debió pasar preso sin ver a sus tres hijos y que nadie le podrá recuperar: “es supervivencia, en esos momentos, cada uno se sorprendería de lo que es capaz de hacer o las conductas que puede incorporar, sólo para sobrevivir. Con el paso de los años, uno ve personas trabajadoras que no se imagina llegar a esos ámbitos. Se comportan como desconocidos a si mismos”.