Los incidentes, que ya fueron controlados por la policía y los bomberos, se dieron en el marco de una protesta masiva contra el Gobierno de Alejandro Giammattei, después de la polémica aprobación del presupuesto nacional.
Cientos de manifestantes tomaron este sábado el Congreso de Guatemala y le prendieron fuego a varias de sus ventanas, hasta que fueron desalojados por las fuerzas de seguridad.
Los manifestantes, en su mayoría encapuchados, rompieron la puerta de ingreso al Parlamento y también las ventanas, lanzando antorchas de fuego al interior, sin la presencia de los diputados dentro de las instalaciones.
Durante alrededor de unos 10 minutos, en medio del caos, los inconformes lograron incendiar una parte del Congreso y también destrozar todo lo que encontraran a su alrededor.
Las llamas en el palacio Legislativo eran evidentes desde la calle y la Cruz Roja atendió a varias personas por intoxicación, dijo a periodistas un vocero de la Cruz Roja Guatemalteca, Andrés Lemus.
Los manifestantes fueron desalojados con el paso de los minutos mediante lanzamiento de bombas lacrimógenas por parte de la Policía Nacional Civil, obligándolos a dispersarse y evacuando la calle. Los cuerpos de bomberos llegaron al lugar para apagar el incendio, sin que se conozcan los daños al momento.
La toma del Congreso por unos minutos tuvo lugar en medio de una manifestación pactada para este sábado por artistas, colectivos y docenas de entidades, con el objetivo de rechazar el presupuesto de ingresos y egresos del Estado para 2021, aprobado por el Parlamento, en su mayoría oficialista, y presentado por el Gobierno de Alejandro Giammattei.
En paralelo, mientras cientos de manifestantes tomaban el Congreso, otros miles de guatemaltecos se manifestaban pacíficamente contra Giammattei a solo un kilómetro de distancia frente al Palacio Nacional de la Cultura (sede del Gobierno).
El presidente guatemalteco reaccionó a las manifestaciones mediante un mensaje en sus redes sociales, en el que indicó que “se tiene el derecho de manifestar conforme la ley” pero “tampoco podremos permitir que se vandalice con la propiedad pública o privada”.
La apatía en contra de Giammattei y el Congreso se originó después de la aprobación del presupuesto el pasado miércoles, de madrugada, y sin que los 160 diputados tuvieran acceso al mismo.
El viernes por la noche, después de que Giammattei avalara nuevamente el presupuesto, su vicepresidente, Guillermo Castillo, aseguró en rueda de prensa que el país no se encuentra “bien” e instó a Giammattei a renunciar en conjunto para “oxigenar” a la nación centroamericana.
“Por el bien del país le he pedido que presentemos juntos la renuncia al cargo”, dijo Castillo en un mensaje a la nación por redes sociales y enviado a periodistas en el grupo de Whatsapp de la vicepresidencia. Asimismo, aseguró que le comentó al presidente que “las cosas no están bien” y admitió que no tiene una buena relación con el mandatario.
Castillo también dio un ultimátum al proponerle la renuncia ante el Congreso si no se corregía el rumbo.
El Congreso, en su mayoría integrado por el oficialismo y partidos afines, aprobaron esta semana el mayor presupuesto en la historia del país con casi 13.000 millones de dólares.
Sin embargo, la mayoría de fondos están dirigidos a infraestructura con empresarios y deja de lado el combate a la pobreza y desnutrición infantil que afecta a casi el 50% de los niños menores de cinco años.
Además de las protestas que ha generado, varias entidades económicas y analistas advierten que es un riesgo que un tercio del presupuesto sea financiado por deuda, como se propone.