Marcelo Fuster: “La obsolescencia no se da por años sino por mantenimiento”

El Ingeniero Naval se refirió al mantenimiento de los buques que es necesario para evitar los naufragios y requirió una mesa de trabajo donde intervengan todos los sectores de la navegación, incluido el gobierno, para encontrar soluciones de fondo. 

El Ingeniero Naval Marcelo Fuster (Foto: Revista Puerto)

La obsolescencia es la palabra más utilizada en torno al análisis de lo sucedido con el Rigel y El Repunte, pero no se termina abordando la problemática de fondo con una mesa que tenga a todos los sectores intervinientes en el tema brindando ideas.
Eso es lo que reclama el Ingeniero Naval Marcelo Fuster que habló a través de la 99.9: “se está hablando de una fecha de vencimiento del buque cuando en realidad tiene que ser mantenido con su capacidad para producir pero también para la seguridad e higiene de quienes lo tripulan. Es lo que llamo obsolescencia, no se da por años sino por mantenimiento”. 
Su aclaración tiene que ver con la calidad del trabajo que se le realizan a los barcos: “los buques tienen que ser mantenidos porque sino pueden dejar de ser útiles a los 10 años. En eso tienen responsabilidades distintos actores, por eso se debe formar una mesa con todos estos sectores y el gobierno para no perder unidades productivas y que sean seguras para los tripulantes”, propuso.
Entre las sugerencias para mejorar la capacidad de búsqueda y reconocimiento de los hechos acontecidos, aparece la opción de colocar una caja negra como en los aviones, pero para los barcos. En ese sentido, opinó que “mucho tiempo atrás se habló de una especie de caja negra para los barcos y he estado en los peritajes desde hace años. Es un tema viejo, podemos hablar de 20 años atrás. Creo que no es imposible implementarla para que grabe situaciones. La navegación del buque queda registrado, pero no se sabe que pasa adentro del buque al momento del accidente, son cosas que no se pueden descartar. Se necesita una comisión mixta”, reiteró.

Las otras propuestas que se han puesto sobre la mesa son los trajes especiales para el rescate y la ampliación de las balsas salvavidas. Sobre ambos temas, también fue preciso: “en 18, 20 o 24 metros intentar que 8 marineros se coloquen el traje en un momento de siniestro con poco espacio….es difícil. No se si es la solución más efectiva, habría que pensarlo bien porque desde la experiencia que tengo navegando creo que no hay tiempo para ponerselo. En cuanto a las balsas salvavidas estoy de acuerdo porque duplicar la posibilidad de salvamento siempre sirve”.
También las conductas humanas no ingresan en el análisis de los hundimientos de barcos y es algo que remarcó Fuster: “a veces se analizan las conductas humanas en exceso y en otros casos se obvian. El equilibrio lleva a un peritaje que es bastante complicado. Muchas cosas son culpas humanas y no se analiza el motivo que lleva a un capitán a tomar una decisión”, finalizó.