El Titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos habló en la 99.9 sobre el consumo de drogas, la problemática que acarreó la pandemia y como el fentanilo no tiene control alguno en el país.
La aparición del caso de la droga adulterada que derivó en 24 muertes, trajo consigo otro tema importante que es el consumo de fentanilo en nuestro país. El Titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, Dr. Marcelo Peretta advirtió sobre la falta de controles que hay con esta sustancia y otra más que tienen efectos similares.
En la 99.9 se refirió a los motivos por los cuáles no se terminó de reconocer aún cual fue la sustancia con la que se cortó la cocaína y que terminó con la muerte de tantas personas: “no se reconoce porque son tantas las sustancias con las que estiran la cocaína para hacerla rendir más económicamente que se hace materialmente imposible determinar cuál es la sustancia responsable de la muerte de los casos más graves. La estiran con bicarbonato, aspirina, medicamentos vencidos, insecticidas, vidrios molidos, semillas, harina o talco; todas sustancias de consistencia similar a la cocaína pero que le reduce la pureza”.
Todo esto, al momento de analizarlo, generan resultados realmente confusos y que no permiten determinar un elemento en particular: “cuando uno inyecta en un cromatógrafo esas sustancia encuentra gráficos que se contraponen con otras sustancias y es muy difícil precisar cuál fue. Se tiró hasta el nombre del fentanilo que no puede ser porque el efecto es contrario al de la cocaína. Las ampollas de fentanilo en el mercado negro rondan los mil pesos cada uno, son caras y no tiene sentido”.
La pandemia, además de todos los problemas que generó por las políticas que eligió el gobierno argentino, ha traído un incremento del tráfico de drogas que remarcó Peretta: “el narcotráfico ha crecido en la Argentina, la producción de distintas drogas también y se agrandó en la pandemia que lejos de congelar la problemática, creció porque los chicos dejaron de ir a la escuela y la sensación de que venía el fin del mundo incita a consumir más. La falta de trabajo y la pobreza creció y ahí es cuando el narcotráfico se hace más fuerte”.
En ese contexto, el gobierno tampoco controla las cantidades de fentanilo que ingresan al país ni para que se utilizan. No sólo pasa con esa sustancia específica, sino también con otras similares: “hay un 70% del fentanilo que ingresa al país que no tiene justificación alguna, hay un país donde no se controla nada, los laboratorios declaran cifras que nadie chequea. Eso no se cumple por más que es una droga controlada. El fentanilo, la oxicodona, el diazepam…hay 10 drogas que son medicamentos y su circuito de comercialización y utilización no se controla. El laboratorio dice cuanto trae y el estado recibe lo que la droguería o el laboratorio informa y lo toma como válido. El estado cada vez cumple menos funciones”.