Como vecina de la distribuidora que se incendió habló en la 99.9 sobre lo que han percibido los habitantes de la zona: “Es un gran accidente, que como suele suceder son multicausales”, señaló.
El incendio en Torres y Liva ha terminado, pero las consecuencias se siguen sucediendo, sobre todos para los vecinos de la zona que no han podido en muchos casos regresar a una vida con cierta normalidad. Una de ellas es María Elena Degaudenzi que habló a través de la 99.9 sobre aquella noche y, sobre todo, de los motivos del incendio.
“Cuando vi que los techos se ponían como el carbón cuando se prende, rojizo por dentro y con el fuego que se extendía desde Rivadavia hacia San Martin hasta que hizo tope. Después empezó a venir para 20 de septiembre. Bajé las persianas, agarré a dos de mis hijos que tenía en mi casa, uno de ellos agarró a su mascota y nos fuimos”, relató.
Lo que planteó, desde su punto de vista, es que más allá de la persona detenida por haber iniciado el fuego, debieron existir otros motivos que colaboraron para que se desate semejante catástrofe: “Pude sacar el coche y al ratito me enteré que se había evacuado a la gente hacia la plaza. Es un mal rato, que podría haber sido evitado. Es un gran accidente, que como suele suceder son multicausales”.
A partir de ahí, los propios vecinos comenzaron a pensar que algo similar puede suceder con otros depósitos que se encuentran en la zona y, en muchos casos, no se toman las medidas necesarias: “una vecina observó que, por ejemplo por Rivadavia de Independencia a 20 de septiembre no hay ningún semáforo. Por 20 tampoco hay. Nos preguntamos si no será para no obstaculizar la carga y descarga de camiones de los mayoristas de la zona”.
No creen que haya existido tampoco barreras para evitar que se propagara el incendio: “no había un triste aspersor que se activara con humo, no entendemos porque no existían esas medidas de seguridad. Cuando tenes cables ignífugos que se pueden auto apagar, eso atenúa la propagación del fuego, pero no sabemos si tenían esas medidas. También hay que plantearse a que genio se le ocurre poner los medidores en la calle”, dejó como interrogantes.