La economista y ex directora del JP Morgan analizó la negociación de la deuda por parte del gobierno nacional y se refirió a la contratación de bancos privados: “se necesitan expertos que a su vez hagan de interlocutor entre unos y otros“.
La negociación de la deuda por parte del gobierno nacional es un eje central en la política del gobierno de Alberto Fernández. La economista y ex directora del JP Morgan, María Laura Tramezzani analizó en la 99.9 algunos aspectos de la misma.
En primer término, explicó porque se debe acudir a bancos privados para llevar adelante esas negociaciones: “el rol del Banco Central es defender la moneda de un país y no la renegociación de sus situaciones de deuda, por eso se necesitan expertos que a su vez hagan de interlocutor entre unos y otros. Al ser contratados por el gobierno argentino, son la voz de cara a los acreedores”, indicó.
Respecto de las firmas elegidas, agregó que “el Bank of America y el HSBC, son dos bancos con llegada a los acreedores de la deuda que está en manos de fondos comunes de inversión como los que tenemos en Argentina. La relación entre quien maneja el fondo y quien le debe, que es el gobierno argentino, está bueno que lo hagan los bancos. Eso no quita que las reglas son puestas por el gobierno nacional”.
La intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) también es un tema central y Tramezzani señaló que era una medida de último recurso: “además de los fondos comunes de inversión, está el FMI que vino a suplir los momentos en que Argentina tenía necesidad de dinero para financiar su déficit público y ya no había más mercado que les prestara”. De todas maneras, advirtió que el dinero prestado corresponde a un conglomerado de países y no sólo a la cúpula del FMI: “Argentina puede recurrir al FMI porque es uno de los 184 miembros y aporta su cuota anual. Eso le da derecho a que, si tiene un problema, por este seguro que pagó durante años pueda prestarle dinero. No es Lagarde la que decidió darle dinero, sino que son los 184 países”.
Además de la situación que está planteada ahora, había una relación mucho más cercana desde lo político con el gobierno de Mauricio Macri: “el FMI fue muy benigno con el dinero porque había afinidad política entre los miembros políticos del Fondo y el gobierno anterior. Pero aún así, el fondo no puede hacer lo que se le de la gana”, finalizó.