El ex juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de Capital Federal, advirtió en la 99.9 sobre el mal uso de la alienación parental y señaló que es un hecho comprobado clínicamente y que tiene ciertas características.
La alienación parental es un tema central hoy en los Tribunales de Familia porque se empezó a hacer circular una serie de imprecisiones mal intencionadas sobre lo que esto representa que lleva constantemente a la confusión.
El ex juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de Capital Federal, Mauricio Luis Mizrahi escribió un libro que lleva por título “Alienación Parental” y está vinculado a contar su experiencia al respecto desde los Tribunales a lo largo de su carrera: “si bien hay jueces que trabajan mucho y son aplicados, en general la justicia no funciona bien, es lenta y hay falta de compromiso de muchos jueces. La cuestión ideológica interviene mucho en la alienación parental”, señaló en diálogo con la 99.9.
Para comprender específicamente de que se trata el término que, a veces incluso es mal utilizado dentro del ámbito judicial, explicó que “la alienación parental es una realidad que la he vivido en el ejercicio de la magistratura y está comprobada por muchos casos clínicos. En mi libro he tomado el recaudo de relatar casos reales vinculados a Tribunales y al consultorio de los terapeutas. La alienación se puede definir como aquellas situaciones donde un hijo rechaza a un progenitor, madre o padre, sin ninguna justificación atendible. A su vez eso se debe a una campaña de desprestigio realizada por el otro padre que a veces puede ser hasta inconsciente. Esto es de libro, de clínica y está totalmente comprobado”.
Actualmente estas situaciones de una alta sensibilidad, quedan tapadas en trámites judiciales donde los niños quedan separados de alguno de sus padres durante mucho tiempo, en parte, por la burocracia: “la mecánica judicial cubre a los jueces de una cierta insensibilidad. Me había hecho la ilusión que con el expediente electrónico esto disminuiría, pero lo hizo poco. El expediente va y viene, electrónico o no, pasa el tiempo y si hay un vínculo cortado se arruina la vida de ese niño. En un minuto se corta un vínculo y a veces se tarda años en recomponerlo”.
Mientras esa batalla en Tribunales se libra, hay un niño/a que está padeciendo algo que lo marcará a futuro: “en medio hay un niño que sufre, tiene una baja autoestima y arruinará su futuro. Rechazar a un padre es como rechazarse a uno mismo. Genera una suerte de auto odio. El hijo que vivió rechazando a un padre injustificadamente no puede desarrollarse bien. La psicología habla de la importancia que tiene para un niño la relación con su madre y con su padre”.
Mucho tiene que ver ese factor ideológico que se trata de introducir en todo el sistema judicial y los Tribunales de Familia no son la excepción: “hay una campaña que no se entiende contra la alienación parental y se basa en cosas irreales, parece que vienen de otro mundo. Ayer escuché que la alienación es para tapar los abusos, algo ilógico. Si un padre es un maltratador no hay alienación parental, porque se da cuando el rechazo es injustificado”.