Miedo en Siracusa por la difusión de un manifiesto supremacista

La universidad del estado de Nueva York se moviliza ante el temor a una matanza.

Los mensajes en las redes sociales hablan de pánico en el campus de la Universidad de Siracusa, en el estado de Nueva York. “Es el momento de que nos vayamos a casa”, señala un estudiante. Otro asegura: “Temo salir de mi dormitorio”. Los hay que afirman haber estudiado las rutas de huida. No pocos profesores han cancelado las clases aludiendo a la seguridad de los alumnos.

El campus de esta universidad privada, con 22.500 estudiantes. emerge como espejo de la expansión de la intolerancia racial en Estados Unidos desde que Donald Trump ocupa la presidencia.

La alarma se inició a partir del 7 de noviembre, cuando aparecieron pintadas contra negros, hispanos y asiáticos. Siguieron con la persecución a una joven afroamericana. Dibujaron esvásticas sobre la nieve y se difundieron consignas antisemitas. La culminación llegó el lunes, al irrumpir en el teléfono de muchos estudiantes un manifiesto basado en la conspiración supremacista del Gran Reemplazo [The Great Replacement], una teoría conspirativista en la que se llama a la lucha contra el peligro de que los blancos de Occidente sean aniquilados por los inmigrantes.

Hay motivos para asustarse. Los pistoleros de las matanzas de las mezquitas de Nueva Zelanda o del Walmart de El Paso (Texas) apelaron a ese manifiesto. El departamento de seguridad de la universidad comunicó que ha doblado el número de agentes patrullando por las instalaciones, que han estacionado más vehículos en el entorno y que han incrementado el número de agentes presentes en los diversos edificios del complejo. También han aconsejado a los estudiantes que piden protección si se sienten inseguros. Incluso se ha desplazado el FBI para investigar el origen del manifiesto.

El rector Kent Syverud aceptó este jueves la mayoría de las demandas del movimiento #NotAgainSU (no contra la Universidad de Siracusa ), y de los estudiantes internacionales para combatir el racismo rampante en el campus.

El rector dio marcha atrás en sus reticencias a las movilizaciones de estos días, motivadas por la ocupación, por parte de los estudiantes, de edificios clave y por haber pedido su destitución. El máximo responsable de la institución también recibió el varapalo del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, por su pasividad al afrontar la crisis.

“No han manejado este asunto de una manera en que se constate la oposición agresiva del estado a un comportamiento tan odioso, temerario y represivo”, sostuvo Cuomo en una comparecencia.

A todo esto, en Washington, más de un centenar de legisladores y luchadores por los derechos civiles firmaron una carta en la que solicitan el despido de Stephen Miller como consejero del presidente. La filtración de una serie de e-mails, que Miller remitió entre el 2015 y el 2016 a la web ultra Breibart, evidencian que el arquitecto de la política antiinmigración de Trump es un adepto del nacionalismo blanco.