La reumatóloga habló en la 99.9 sobre la demanda de cloroquina y la hidroxicloroquina que se ha incrementado sin sentido alguno: “no ha tenido estudios con la carga científica que se requiere para afirmar que un medicamento tiene impacto”.
La noticia que se empezó a propagar indicaba que la cloroquina y la hidroxicloroquina eran drogas que podían servir eventualmente para el tratamiento del COVID-19 y eso generó un impacto inmediato en las personas que no es el que corresponde.
La médica reumatóloga Mónica Regidor se refirió al tema en la 99.9 y remarcó que “son dos drogas distintas, pero una derivada de la otra. Para el coronavirus se usa una medida menor pero el virus tiene una gran reacción inflamatoria y muchos de los medicamentos que nosotros usamos, también están empezando a usarse con pocos pacientes. Los reumatólogos vamos a tener un papel importante en el tratamiento del coronavirus”.
Justamente en el tratamiento de distintas afecciones, se utiliza esta droga que no ha tenido un impacto fuerte en el estudio que encabezó el infectólogo francés Didier Raoult: “la hidroxicloroquina fue utilizada en 20 pacientes y su estudio tiene algunos problemas de diseño porque fueron pacientes jóvenes y asintomáticos y en un número muy pequeño. El estudio entonces tiene dificultades. Se está usando en pacientes de complejidad moderada y todavía no hay certeza porque es una enfermedad muy nueva”.
A pesar de ello, no es motivo absoluto para comprar el medicamento como se está haciendo en la Argentina: “no ha tenido estudios con la carga científica que se requiere para afirmar que un medicamento tiene impacto. El problema que enfrentamos los reumatólogos es que la gente por informaciones con poca evidencia, ha salido a comprar hidroxicloroquina, aunque no sabemos para qué”. También agregó que “lamentablemente, es un medicamento que puede comprar cualquiera. En caso de necesitarla, el sistema de salud lo provee pero la gente tendrá en su hogar hidroxicloroquina y la gente que lo necesita, no lo tendrá”.
El problema de la automedicación es que es una droga que puede generar inconvenientes: “tiene toxicidad oftalmológica posible, sumado con antibióticos puede provocar arritmias. Es imprescindible que la indicación sea médica”, destacó la Dra. Regidor.
Si bien el país está participando en un estudio global buscando alguna droga eficaz, en el caso de este medicamento, no se actuó a tiempo: “estamos aprendiendo todos los días del coronavirus, estamos viendo como hacemos para cuidarnos. Lo importante será que se de curso al estudio Solidarity en el que participaremos los argentinos por la celeridad del aislamiento. En controlar la venta de hidroxicloroquina estamos llegando tarde”.
Rubén Sajem: “La hidroxicloroquina tiene que ser aplicada con control médico”
Respecto de este tema, el Director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar) Rubén Sajem también advirtió de la situación en la 99.9: “la hidroxicloroquina es de venta bajo receta y es peligroso para quienes tienen arritmia y alteraciones cardíacas, hepáticas o neurológicas. Ningún medicamento es preventivo del coronavirus y le hemos dicho a los farmacéuticos que lo adviertan. Tiene que ser aplicada con control médico a personas que están internadas, no es algo que deba comprar la gente en la farmacia”, aclaró.
El desabastecimiento que se puede dar es por dos extremos: “ha pasado de gente que lo compra creyendo que es un preventivo del COVID-19 y otros que lo utilizan para lupus o la artritis reimatoidea pero han salido a comprar más temiendo el desabastecimiento. Lo que puede suceder es que el estado tome la producción de este tipo de medicamento para que no le falte a la gente que lo debe utilizar a diario”.