Una manifestante de unos 60 años murió hoy atropellada por un vehículo en el sureste de Francia durante una de las numerosas protestas ciudadanas contra el aumento de los impuestos a los carburantes, conocidas como las de los “chalecos amarillos”, en la que otras 47 personas resultaron heridas.
Según informó hoy el ministro del Interior, Christophe Castaner, una mujer que llevaba a su hija al médico se empotró contra un cordón de manifestantes al entrar en pánico cuando vio la ruta bloqueada en Pont-de-Beauvoisin (sureste de Francia). La mujer, que estaba en estado de choque, fue arrestada por la Policía.
“Algunas personas han golpeado su vehículo. Ella entró en pánico, aceleró y mató a una persona. Esa persona entró en un primer momento en parada cardiorrespiratoria y después murió”, detalló el prefecto (delegado del Gobierno) de Saboya, Louis Laugie.Esta protesta no había sido comunicada a las autoridades, como gran parte del cerca del millar convocadas en las que participan unas 50.000 personas, según cálculos de Castaner.
Hasta el momento, las protestas se han saldado con al menos cuatro heridos leves: tres manifestantes -uno en Toulouse (sur) y dos en Hazebrouck (norte)- y un policía en Grasse (sureste).A primera hora de este mañana, los chalecos amarillos, un movimiento al margen de partidos y sindicatos creado espontáneamente en las redes sociales nutrido del descontento de la clase media-baja, ralentizaron el tráfico en la zona oeste del periférico de París y en numerosas áreas del país.También se bloquearon algunas gasolineras y acceso de peajes en autopistas.
El movimiento, que ha ampliado su radio de demandas a la carga tributaria en general, supone un nuevo órdago para el Ejecutivo de Emmanuel Macron, que decidió aumentar los impuestos de los carburantes para promover la transición energética.Muchos de los chalecos amarillos (gilets jaunes) viven zonas urbanas alejadas de las grandes aglomeraciones francesas y aseguran que el coche es su único medio de transporte.
Este movimiento, cuyo nombre alude a la prenda fluorescente que es obligatorio llevar dentro de los vehículos, tienen un masivo apoyo de la población francesa, del 74 %, según una encuesta publicada este viernes.