Las infecciones hospitalarias ocasionan en nuestro país más muertes que los accidentes de tránsito o el uso de armas de fuego. La opinión de los especialistas, después de casos como el ocurrido en Carmen de Areco o el de Adrián “Facha” Martel, que fue internado por problemas renales y falleció por una infección intrahospitalaria.
Las infecciones hospitalarias se han vuelto un tema delicado en nuestro país. Cada vez que una persona ingresa al área de terapia intensiva en cualquier hospital del país, se debe cumplir con ciertas normas de bioseguridad. Tanto el personal médico como el no médico debe responder a esas prácticas preventivas. El paciente es sometido a una serie de preguntas sobre su estado epidemiológico.
Aún así, las infecciones intrahospitalarias siguen siendo un mal que aqueja a miles de personas y las lleva en muchos casos a la muerte.
El proyecto Validar está respaldado por varias instituciones de salud del país e indica que estas infecciones provocan en toda la Argentina 17 mil muertes y casi 100 mil episodios infecciosos al año. Esto quintuplica los accidentes de tránsito (3.699 víctimas anuales) y supera ampliamente las muertes por arma de fuego (1.922 víctimas por año).
Los infectólogos que trabajan en este proyecto indican que entre un 5 y un 15% de los pacientes internados en las salas generales pueden contraer algún tipo de infección hospitalaria. Esta situación se vuelve más peligrosa en las unidades de cuidados intensivos, donde se realiza la mayor cantidad de intervenciones.
La Universidad Nacional de La Plata precisa que las infecciones más frecuentes son las asociadas al catéter, la neumonía y las prácticas quirúrgicas. El dato más aterrador es que en Argentina, el 20% de los afectados muere. Para evitar este tipo de cuadros, el personal debe respetar las conductas de higiene, aunque los especialistas aseguran que el problema es la falta de costumbre en el lavado de manos de médicos, enfermeros y visitantes de pacientes.
El doctor Víctor Rosenthal, fundador y presidente de la Comunidad Científica Internacional de Control de Infecciones Nosocomiales (INICC), ha comentado que a pesar de que no hay datos oficiales, “en 2008, y con datos tomados de Presidencia de la Nación, el Instituto Nacional de Epidemiología publicó en la Revista Panamericana -de la Organización para la Salud- una investigación en la que se indica que el 25% de las personas internadas en terapia intensiva fallece por infecciones intrahospitalarias. El mismo dato fue dado por Ricardo Durlach, director médico del Hospital Alemán, en una publicación de Journal of Hospital Infection. Y yo mismo, en 2003 realicé un trabajo donde también concluí con el mismo dato: el 25% de los pacientes de terapia fallece por infecciones intrahospitalarias”.
Rosenthal aseguró además que “alrededor de 800.000 personas son internadas en terapia intensiva por año. Y de esa cifra estimativa, 200.000 pacientes resultan afectados dentro de los centros de salud por infecciones hospitalarias. De acuerdo a la literatura médica, la mitad de las personas que se infectan en los hospitales y clínicas, fallece. Entonces se calcula que 100.000 personas mueren anualmente por esta situación. Y de esto poco se habla”.
El especialista destacó también que “la mayoría de los episodios sucede dentro de las salas de terapia intensiva, aunque también en cirugía hay muchos casos. De hecho se estima que en el área quirúrgica se producen un 10% de infecciones, sobre un total de dos millones y medio de cirugías anuales”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un estudio y llegó a la conclusión de que las tasas de infección son más elevadas en los países en vías de desarrollo. Los datos del organismo indican que en Argentina son tres veces más que en Estados Unidos. Estas infecciones, que en los casos más dramáticos conducen a la muerte, pueden prolongar la estadía en un hospital, causar discapacidad a largo plazo y aumentar la resistencia a medicamentos esenciales.