Mañana a las 12 se realizará una concentración en la puerta del Colegio “Arturo Illia” para pedir que no se cierre el Club de Padres. Esta mañana en la 99.9, Silvia Sanguinetti, madre del establecimiento y que pertenece a la agrupación de padres, manifestó su apoyo al trabajo que realizan. “Parece una cuestión política, que nada tiene que ver con la educación de nuestros chicos”, destacó.El Club de Padres del Colegio “Arturo Illia” está luchando por no desaparecer. Y no porque esté “corto de fondos” o no tenga gente para trabajar, sino porque, como lo hemos reflejado anteriormente en N&P, los directivos pretenden sacarlos de la institución para instaurar una cooperadora.
Por ese motivo mañana, en la puerta de la institución desde las 12hs., se realizará una concentración pidiendo que no se cierre el Club. Apoyando esta causa, habló esta mañana en la 99.9 Silvia Sanguinetti, una madre que no integra el Club de Padres pero está apoyando la causa: “tengo un alto concepto sobre los profesores y directivos. No soy del Club de Padres, pero los apoyo. Soy de las mamás que nunca trabajó en una Kermese; colaboré, pero no puse mi esfuerzo”, destacó. Luego abundó: “en la primera audiencia a la que la llevé, mi hija decidió entrar a ese colegio. Después de todo eso, hablaron del Club de Padres. El primer día sabía que el Colegio venía de la mano del Club. A lo largo de estos años se han ganado mi respeto y admiración”.
Silvia destacó el trabajo que se realiza este grupo para tener el colegio en las mejores condiciones posibles sin recibir nada a cambio: “es admirable trabajar para el sector público ad honorem y con espíritu solidario. Se merecen un lugar, un respeto que hoy no están teniendo, vaya a saber por qué intereses. Lo que te genera suspicacias es la situación de atropello. No hay nada que justifique esto porque son gestiones muy transparentes; cualquier padre que no esté en el club puede ver los números cuando quiera”. Además, aclaró que “la plata que se junta está destinada a lo que el colegio necesita. Entrás al Illia y no parece un colegio público. Eso es porque se trabaja mucho”.
Lo que sorprende es la reacción entre los directivos y aquellos que tienen ciertas responsabilidades en la toma de decisiones del Colegio. Sanguinetti dio un ejemplo claro: “hubo seis papás que estuvieron reunidos con la secretaria académica, Paula Meschini, a la quien no conocí. Esta mujer hizo comentarios como ‘qué suerte que mis hijos no hayan querido ir a este colegio’. Esta mujer no conoce el colegio, si no no podría opinar así. Me hubiera encantado tener la determinación que tuvo mi hija a los 12 años de entrar a un colegio como el Illia”.
Los problemas de fondo todavía no están claros. Por ello, Silvia tiene sospechas que, espera, no se confirmen: “si la finalidad es el bienestar de los chicos, ¿qué estamos discutiendo? No se puede pisotear el trabajo y la voluntad de estos papás. Parece una cuestión política que nada tiene que ver con la educación de nuestros chicos”.
Por último, destacó que la tarea del Club de Padres no es ni más ni menos que mano de obra gratis para apuntalar el Colegio: “si tenés un número de padres que trabajan gratis para vos, tenés entre manos un montón de empleados gratis; no puedo entender el ninguneo”.