Atravesará la península de Stadhavet, medirá 1.600 metros de largo y 57 de ancho y costará unos 275 millones de euros.
En abril de 2017, Noruega anunció que pensaba construir el primer túnel del mundo bajo unas montañas que sería de uso exclusivo para barcos. Ahora, cuatro años después, el proyecto ya ha recibido el visto bueno de las autoridades noruegas para comenzar su construcción, después de superar todos los estudios de infraestructuras e impacto medioambiental.
Este túnel atravesará la península de Stadhavet, en el noroeste de Noruega, medirá 1.600 metros de largo y 57 de ancho. Servirá para facilitar la navegación por el mar de Stadhavet, conocido por sus turbulentas aguas, las fuertes mareas y el mal tiempo que condiciona a los barcos que navegan por esa zona del norte de Europa.
Terje Andreassen, director del proyecto en la Administración Costera de Noruega, ha explicado a la CNN que el túnel “ha sido planeado durante décadas. Así que es muy agradable poder finalmente comenzar el trabajo de construcción en un año”. Está previsto que la obra dure unos cuatro años y el coste total ascenderá a unos 2.800 millones de coronas noruegas, unos 275 millones de euros.
Una obra de ingeniería única
Andreassen reconoce que “la costa de esta península es la zona más tormentosa de Noruega, con huracanes y muchas corrientes extrañas”. Por eso, es habitual que los barcos tengan que esperar a que mejoren las condiciones meteorológicas varados durante días en los puertos cercanos. Eso sí, cuando esté terminado el túnel, las mareas no deberían afectar el tránsito.
Hasta ahora, algunos túneles dan acceso a pequeñas embarcaciones, pero éste será el primer paso subterráneo de todo el mundo que dará servicio a barcos grandes. El paso estará controlado por un sistema de semáforos, de tal manera que nunca se crucen dos embarcaciones en el interior, y será un revulsivo económico para la zona, ya que se proyecta un ferry de alta velocidad que dé servicio a miles de personas que viven en los alrededores.
La Administración Costera de Noruega explica que cuando la estructura esté terminada, será algo parecido a “un pasadizo de montaña grande y largo”. Y aunque los arquitectos e ingenieros de medio mundo se sientan atraídos por esta obra de ingeniería, no podrán cruzarla a pie: tendrán que embarcarse y cruzar el túnel a bordo de algún navío.