Luego de que el concejal Maximiliano Abad presentara un proyecto para reglamentar los graffitis en Mar del Plata, los vecinos se sumaron a su iniciativa. Arturo Fiorentino indicó en la 99.9 que “pintar un edificio no cuesta menos de 30.000 pesos”.
La preocupación de algunos vecinos por los constantes graffitis que ensucian las fachadas y por el gasto extra que supone repintar los frentes, ha hecho que surjan algunas inicitivas tendientes a resolver este viejo problema. Hace unos días, el concejal Maximiliano Abad presentó un proyecto al respecto. Pero no menos importante es escuchar la palabra directa de los damnificados, para entender la naturaleza de los daños.
Esta mañana en la 99.9, Arturo Fiorentino se refirió a la cuestión aclarando: “soy un damnificado, como todos. Me llamó la atención que la Municipalidad avanzara con una campaña de polución visual a partir del Código de Publicidad, donde la población ha colaborado. Haciendo un paralelo con esto, en la zona de Plaza Colón hay un punto que pareciera ser un atractivo constante para quienes pintan graffitis. Los consorcios de ese sector deben invertir importantes sumas para mantener en condiciones los frentes y que Mar del Plata esté mas linda”.
Lo que exigen los vecinos es que alguien, desde el gobierno municipal, los escuche: “no podemos identificar a las personas y no tenemos el apoyo de las autoridades municipales para poder hacerlo, y que de alguna manera los alcance la ley y deban pagar por el costo que tiene mantener el frente bien pintado. Si calculamos hasta el 1º piso, que es la media, pintar cuesta no menos de 30.000 pesos”, puntualizó Fiorentino.
Mientras esperan una solución, ya tienen un plan para lidiar con las pintadas. “Hemos esbozado una estrategia para solucionar la situación, pero si no tenemos la colaboración de la Municipalidad y la policía para terminar con esto, no podremos avanzar. Son muy pocas personas las que hacen esto. Lo venimos sufriendo hace 10 años o 15. Los consorcios estamos de acuerdo en hacer una nueva inversión, pero queremos que haya una autoridad que esté en vinculación con nosotros”, reclamó el vecino.
No es la primera vez que se vean en la obligación de pintar todo un frente por los graffitis. Por eso, después de tantos años sin respuesta, se sienten solos en esta lucha: “en algunos edificios, de acuerdo al revestimiento, es muy difícil sacarlos. Nos sentimos desolados. Observamos por un aviso en el diario que el Municipio tenía dos tendencias sobre este tema. Una era que hubiera espacios determinados para que las personas que quieran pintar puedan hacerlo, algo a lo cual no nos oponemos, mientras no se avance sin ton ni son sobre la propiedad privada”.
Antes de terminar su testimonio, Fiorentino apeló a la buena voluntad de los gobernantes y pidió: “cualquier autoridad que esté dispuesta a que no invadan la propiedad privada, que se comunique con nosotros”.