“Nuestra sociedad ha descartado a 7 millones de personas”

El Defensor del Pueblo de la Tercera Edad, Eugenio Semino, habló en la 99.9 sobre la problemática que tienen los ancianos con las consecuencias de los violentos robos que sufren a diario: “en lugar de analizar la génesis de porque ha cambiado la conducta, se busca la indulgencia y eso carece de sentido”, indicó.

Eugenio-SeminoLa problemática de los robos violentos a ancianos, no solamente es un motivo de suma preocupación social por lo que se genera en ese momento, sino también por las consecuencias que traen y que no está siendo analizadas como se debiera.
El Defensor del Pueblo de la Tercera Edad, Eugenio Semino, destacó en la 99.9 los principales inconvenientes que traen estos maltratos durante asaltos: “a veces se particulariza en el hecho en si, dejando de lado lo que sufre la persona después de eso desde lo físico y llegando en algunos casos a perder la vida. Señalamos lo que hay tras el telón del hecho delictivo que es el shock post traumático aún en víctimas de hechos que no tienen trascendencia pública” aseguró.
Los principales problemas de salud se generan con las fracturas en los ancianos: “cuando hay una fractura que es algo habitual en los hechos violentos, como las de caderas, esas mujeres tienen a posterior un riesgo tal que en un 56% de los casos termina en eventos de muerte dentro del año de producido el accidente”, destacó Semino.
Lo que ha sucedido con el correr de los años es una modificación en los métodos en los cuáles la delincuencia llega hasta las personas de la tercera edad de una manera muy brusca. “Ha cambiado el perfil del delincuente y algunos frenos inhibitorios que podía tener. Empezamos a ver los primeros hechos violentos hace 10 años y lo estudiamos. Percibíamos que el cambio del perfil de la conducta criminal estaba presente. Lo que hace 20 años era el delito más habitual sobre el adulto mayor, la estafa, ahora pasa a tener características muy violentas”, contrastó el Defensor del Pueblo de la Tercera Edad.
Lo cierto es que ante la presencia evidente de este problema, no se analiza buscando el origen para luego tratar de atacar allí para no llegar a tratar las consecuencias. “En lugar de analizar la génesis de porque ha cambiado la conducta, se busca la indulgencia y eso carece de sentido. Esto se enmarca en un maltrato generalizado con este sector vulnerable”, agregó.
No solamente las fracturas representan un problema, sino que también “se generan fobias, luego depresión, hay consecuencias a nivel social de una magnitud que no está siendo analizada y se debe tener en cuenta. Habla de una sociedad con una patología muy severa”.
Los ancianos se encuentran fuera del sistema absolutamente y eso también complementa lo que sufren día a día: “alguien desde los 65 años, sale del sistema de salud, pierde derechos que tenia como trabajador y puede ser agredido socialmente apareciendo casi sin nombre en un título de diario. Si vemos esto, nuestra sociedad ha descartado a 7 millones de personas”, concluyó.