Para aliviar a uruguayos y uruguayas que convierten a su país en el más devoto al whisky, una empresa local inventó un anti-resaca denominado “Out Alcohol”. Ya se está vendiendo en bares y restaurantes bajo la promesa de eliminar de la sangre el alcohol ingerido en un plazo no superior a las dos horas.
“Una vez que el producto entra en contacto con la sangre, empieza a eliminar el alcohol, ya que acelera el metabolismo y hace que se expulse más rápido mediante la orina”, explicó a la agencia española Efe, Tabaré Burgueño, presidente de Embotelladora Serrana, empresa responsable de la fabricación del producto.
La fórmula de la bebida no es muy distinta a la de cualquier otro refresco: agua, azúcar, jugo concentrado de limón, jarabe de alta fructosa, caramelo, benzoato y colorantes. Pero Burqueño insistió en que “no es un producto pensado para engañar al espirómetro en los controles de alcoholemia” que se les practica a los conductores en carretera, sino que pretende “ser un amigo de aquellos bebedores que quieren sentirse mejor al día siguiente”.
En Uruguay, un país con 3,3 millones de habitantes, existen unos 260 mil consumidores problemáticos de alcohol, 62 mil de los cuales son adictos, según datos divulgados en noviembre del año pasado por la Junta Nacional de Drogas uruguaya. Según este organismo, 800 mil ciudadanos dicen consumir alcohol a diario y la mitad de la población reconoce que bebe “regularmente”. Este país sudamericano lidera desde hace cuatro años el ranking mundial en consumo per cápita de whisky, con un promedio de 2,4 litros por habitante al año, según una encuesta de la consultora Euromonitor International.
El proceso de aceleración del metabolismo del alcohol que promete Out Alcohol puede relacionarse con un estudio publicado en septiembre de 2013 por la revista británica Food & Function, de la Royal Society of Chemistry, realizado por un grupo de investigadores de la universidad china de Guangzhou. La investigación explica cómo el etanol de las bebidas alcohólicas se sintetiza en el hígado gracias a diferentes enzimas, convirtiéndose primero en acetaldehído, una sustancia tóxica, y después en acetato, que es inocuo.
Para evitar la resaca, sería necesario minimizar el tiempo en el que el organismo se encuentra expuesto al acetaldehído y acelerar el proceso de transformación del alcohol en acetato. Los químicos chinos, que desarrollaron su estudio in vitro pero no sobre organismos vivos, descubrieron que ciertas bebidas, como el té de hierbas, ralentizaban la síntesis del alcohol, mientras que algunos refrescos de limón, de composición parecida a la del anti resaca uruguayo, estimulaban el proceso mitigando el malestar.
Varios productos que ya se comercializan en Europa o Estados Unidos basados en fórmulas tan variopintas como el extracto de cereales o las píldoras a base de carbón, también afirman actuar acelerando este proceso orgánico. Estos remedios, pensados para ser consumidos antes o durante la ingesta de alcohol, se unen a la larga lista de recetas que el imaginario popular prescribe para el día después de una borrachera.
Desde las clásicas aspirinas o el obvio ibuprofeno hasta las estrambóticas mezclas caseras de jugos y licuados, todo se ha probado para cortar la resaca. Ahora, los uruguayos dicen tener la solución