Una nueva ola de suicidios por desalojos volvió a golpear al país. Hasta el momento, los desahucios inmobiliarios se cobraron tres vidas en un mismo día.
Ante la ola de suicidios por desalojo que sufre el pueblo español, el Parlamento, aprobó por unanimidad debatir una Iniciativa Popular en contra de los desahucios. “¡No son suicidios! ¡Son asesinados!”, era el canto de las personas que reclamaban a favor de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y la Iniciativa Popular que apoyan sindicatos, organizaciones vecinales, ONGs y entidades sociales.
Con mayoría absoluta, el Partido Popular anunció que rechazaría considerar la Iniciativa que llegaba al hemiciclo con casi 1,5 millones de firmas, tres veces la cantidad de respaldo que reclama la ley. El público presente festejó la decisión del Partido Popular, que fue anunciada por Alfonso Alonso,
La Iniciativa Popular Legislativa reclama que la “dación de pago” de la vivienda permita que, al entregar el bien hipotecario, se dé cómo finalizada la deuda y no como sucede ahora, que a pesar de haber perdido la casa la deuda sigue vigente. De esta manera, se extinguirá toda la deuda con la entidad financiera. También se reclama una paralización de la ejecución hipotecaria y no sólo en fase de desalojo. Entre otras cuestiones, se pide que la persona desalojada pueda continuar con su vivienda arrendándola durante cinco años por un valor que no supere el 30% de sus ingresos mensuales.
Los tres suicidios fueron en el País Vasco y Palma de Mallorca. En Bazauri, Vizcaya, un hombre de 56 años, desocupado y con dos hijos, fue encontrado por la Guardia Municipal en la calle Gernika. Dejó una nota a sus dos hijos explicándoles que “no podía más”, después de que le cortaran el agua, el gas y la luz por falta de pago.
Según una fuente de Stop Desahucios Euskadi (País Vasco), “la víctima estaba desesperada porque no podía pagar la hipoteca y le acababan de cortar la luz y el agua. Nos dijo que su penuria económica era total”.
Por otro lado, en el municipio de Calvia, Palma de Mallorca, un matrimonio de jubilados acabó con su vida en la localidad de Cas Catalá, después de recibir un aviso de que iban a ser desahuciados por impagos. La pareja había tomado esa decisión cuando supieron que serían desalojados de su vivienda.