Anthony Albanese asumirá como primer ministro, y prometió políticas que combatan el cambio climático. “El pueblo votó por el cambio”, dijo el dirigente.
El Partido Laborista de Australia, liderado por Anthony Albanese, ganó este sábado (21.05.2022) las elecciones generales en ese país de Oceanía, y se impuso a la coalición conservadora del primer ministro Scott Morrison, que ostentaba el poder desde 2013. Sin embargo, todo apunta a que Albanese tendrá que formar alianzas para gobernar.
Las proyecciones de la Comisión Electoral Australiana otorgan 71 escaños a los laboristas -cerca de los 76 que conceden mayoría absoluta-, frente a unos 53 que habría obtenido la coalición Liberal-Nacional de Morrison. El Partido Verde, que sería aliado natural de los laboristas, podría obtener hasta tres escaños. Los independientes sumarían diez asientos, y uno cada uno la Alianza de Centro y la ultraderecha.
“Esta noche el pueblo australiano ha votado por el cambio”, dijo el líder de los laboristas, conocido como “Albo”, de 59 años e hijo de una humilde madre soltera, en un acto de su partido en el oeste de Sídney, en el que se comprometió a “impulsar la productividad, aumentar los salarios y los beneficios” para que la “economía que trabaje para las personas y no al revés”.
“Noche difícil y decepcionante”
“Quiero que Australia siga siendo un país que, independientemente de dónde vivas, de a quien adores, de a quien ames o de cuál sea tu apellido, no ponga restricciones a tu camino en la vida”, expresó Albanese, al prometer también acciones contra la crisis climática, así como dar pasos para el reconocimiento de los indígenas de su país y la igualdad de género, entre otros asuntos.
Morrison, por su parte, reconoció la derrota en la que calificó como una “noche difícil y decepcionante”. El político habló ya con Albanese para felicitarlo por su triunfo, y anunció que dejará la presidencia del Partido Liberal para garantizar que “pueda avanzar bajo un nuevo liderazgo”. Unos 17,2 millones de australianos ejercieron su derecho a voto, que es obligatorio, en unos comicios que transcurrieron sin incidentes.
Además de los 151 miembros de la Cámara de Representantes, se votó por 40 de los 76 senadores.