Oscar Currilén: “Los que manifestaban eran encapuchados, ni siquiera sabemos si estaba Maldonado ahí”

El intendente de El Maitén, Oscar Currilén habló en la 99.9 sobre la realidad que viven respecto de la violencia que ejerce el RAM y remarcó que nadie tiene certezas de la presencia de Santiago Maldonado en el momento de la manifestación e irrupción de Gendarmería: “los chicos tienen el temor de ir a la escuela por si se la queman, la gente vive con miedo”, destacó. 

La desaparición de Santiago Maldonado parece tener una sola versión expuesta sobre la realidad que están viviendo las localidades del sur del país, asediadas por la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) a quien definen como el brazo violento de las comunidades aborígenes.
Sin embargo, hay voces que vale la pena escuchar y una de ellas es la del intendente de El Maitén Oscar Currilén que no sólo tiene una función política determinada, sino que también tiene sangre aborígen y están repudiando el accionar de estos grupos que tienen aterrorizados a todos los habitantes. “Para los ciudadanos que vivimos en democracia, pacíficamente, no tiene sentido el RAM. Estoy de acuerdo con los reclamos que puedan hacer porque estamos pasando una situación socio-económica delicada”, indicó en la 99.9.
A pesar de ello, no justifican bajo ninguna circunstancia la violencia y Currilén conoce en primera persona lo que viven las comunidades nativas de la zona: “llevo sangre aborígen en mis venas, tengo descendientes Tehuelches por mi abuelo y por la otra parte, de mi padre, soy Mapuche. He trabajado y sigo trabajando con las comunidades que están en la zona nuestra”, agregó.
Desde la intendencia que conduce, constantemente están ayudando a las comunidades que tienen necesidades concretas pero basados en el diálogo: “desde las instituciones nacionales y provinciales los hemos ayudado para que sobrevivan ellos y los animales que tienen. No entendemos estos reclamos con corte de ruta encapuchados, rotura de vidrios, amenaza, quemas y hasta han maniatado y golpeado a los obreros de los campos o los puesteros como se les dice acá que son hermanos aborígenes y sufren la violencia de este grupo. Estamos en contra de este accionar”, afirmó.
Las formas de manejarse del RAM han generado incluso críticas de los propios jefes mapuches que saben de las necesidades, pero no están a favor de las formas: “desde los 5 años que ando en la calle. He sido canillita, he vendido cosas, hice seguros, trabajé un banco, milité en el gremio y el pueblo me ha dado tres veces la oportunidad de conducir los destinos del pueblo. Nunca me he olvidado de mis antepasados y trabajamos conjuntamente con la gente. Ayer mismo con la nevada que había le estábamos llevando leña a todos los aborígenes. No coinciden con esto, los loncos se expresaron públicamente que no coinciden con este tipo de reclamos”, dijo luego Currilén con cierta desesperación por lo que atraviesa su pueblo.
La desaparición de Maldonado ha sido un punto que puede hacer que se pierda el contexto general porque el propio grupo de resistencia no ha permitido que se investigue con comodidad: “el RAM no ha permitido que entre el juez para hacer un peritaje y ver si había algún elemento sobre Santiago Maldonado. Al segundo día lo intentó el juez y no pudo entrar, nos lo dijo a nosotros personalmente”. El momento que se define como la desaparición, también plantea dudas para la gente de El Maitén: “Gendarmería para despejar la ruta los tuvo que correr y ahí dicen que desapareció Maldonado, pero como están encapuchados no sabemos si era Maldonado el que estaba ahí, podía ser cualquiera porque nadie se identificó. Nosotros estamos reclamando la aparición con vida de Maldonado porque no queremos que se desvíe el gran problema que tenemos”, afirmó.
Mientras tanto, cuando se cuenta la realidad de un solo lado, los habitantes de El Maitén y la zona viven con miedo: “los chicos tienen el temor de ir a la escuela por si se la queman. Nos han quemado un emprendimiento de frutillas de un productor del norte que se llevaban a todo el mundo. Esos señores estaban a punto de retirarse cuando nos generan 200 o 300 puestos de trabajo y somos un pueblo de 6.500 habitantes. En eso el pueblo de El Maitén está con mucho temor”; sentenció.