Otra apuesta del Papa: convocó a un sínodo sobre temas de familia

Tratará asuntos centrales para la Iglesia, entre ellos, la comunión de los divorciados vueltos a casar. Se hará en octubre del año próximo.

En otra apuesta de alto impacto, confirmando que para él es urgente discutir temas relacionados con la familia, como el matrimonio y los divorciados vueltos a casar, el papa Francisco convocó ayer a un sínodo extraordinario sobre “los desafíos pastorales de la familia en el contexto de evangelización“. Se llevará a cabo del 5 al 19 de octubre del año próximo.
En la historia de la Iglesia, solo dos veces se convocó a sínodos extraordinarios. El primero fue en 1969 y estuvo dedicado a las conferencias episcopales y la colegialidad de los obispos, durante el pontificado de Pablo VI. El segundo, en 1985, trató la aplicación del Concilio Vaticano II, bajo el mandato de Juan Pablo II.
Francisco, el Papa del fin del mundo que quiere que la Iglesia se abra a la modernidad, ya había anticipado después de la Jornada Mundial de la Juventud, durante su vuelo de regreso a Roma, que consideraba necesario volver a discutir argumentos de pastoral familiar. Entre éstos, uno más que candente: el de las personas divorciadas vueltas a casar que no pueden comulgar.
La noticia del llamado a un sínodo extraordinario para analizar ése y otros temas de familia se conoció cuando causó mucho ruido en Alemania el hecho de que la diócesis de Friburgo -liderada por el arzobispo Robert Zollitsch, presidente de la Conferencia Episcopal germana- anunciara una apertura a los divorciados vueltos a casar.
La Iglesia es madre, debe ir a curar a los heridos con misericordia. Pero si el Señor no se cansa de perdonar, nosotros no tenemos otra elección que ésa. Primero que todo, curar los heridos. En cuanto al problema de la comunión a las personas en segunda unión, porque los divorciados sí pueden comulgar, creo que esto es un problema que hay que estudiar en el marco de la pastoral matrimonial“, había dicho el Papa a fines de julio mientras volaba de regreso a Roma desde Brasil.
Reiteró el mismo concepto en la entrevista concedida a la revista La Civilà Cattolica, de los jesuitas, hace unas semanas. Allí, Francisco llamó a ver a la Iglesia como un “hospital de campaña después de una batalla” que debe curar a heridos del mundo de hoy, como lo son quienes fracasaron en su primer matrimonio y se volvieron a casar, los homosexuales o las mujeres que abortaron.
También habló de este tema ante el Clero romano, en septiembre pasado, cuando aclaró que no solo se trataba de la cuestión de si se puede tomar o no la comunión sino también del problema de la nulidad matrimonial. “Esta es una verdadera periferia existencial“, había apuntado.
No extraña entonces que en la primera reunión, que mantuvo la semana pasada con el denominado “G-8”, el consejo de ocho cardenales de todos los continentes que designó para ser ayudado a reformar la curia romana y el gobierno universal de la Iglesia, el Papa haya tratado también este asunto. Llegó, con una rapidez sorprendente, a la decisión de convocar a un sínodo extraordinario en menos de un año.
Existen dos tipos de sínodos: ordinarios y extraordinarios. Este último suele convocarse cuando “la materia a tratar, aun relativa al bien de la Iglesia universal, exige una rápida definición”. En la asamblea extraordinaria participan los patriarcas o jefes de las Iglesias orientales, los presidentes de las Conferencias Episcopales nacionales, tres religiosos que representan a las órdenes religiosas y los jefes de dicasterio de la curia romana. “Es muy importante el llamado a un sínodo extraordinario sobre el tema de la pastoral de la familia. Es un modo en el cual el Papa quiere llevar adelante la reflexión y el camino de la comunidad de la Iglesia, con la participación responsable del episcopado de las diversas partes del mundo”, explicó el padre Federico Lombardi, vocero del Vaticano.

Es justo que la Iglesia se mueva comunitariamente en la reflexión y en la oración, que asuma las orientaciones pastorales comunes en los puntos más importantes, como en la pastoral familiar, bajo la guía del Papa y de los obispos. El llamado a un sínodo extraordinario indica claramente esta vía“, agregó.
Como se hace habitualmente, en los próximos meses la secretaría del Sínodo enviará a todos los episcopados del mundo los “Lineamenta”, un cuestionario de preguntas que se somete a la consideración de los obispos participantes en un sínodo y de otros miembros, sobre la base de cuyas respuestas se confecciona el “Instrumentum laboris” o libro de trabajo para las asambleas.
La semana pasada, durante su visita a Asís, el Papa dijo que el compromiso que adquieren un hombre y una mujer al contraer matrimonio y la familia tradicional son realidades que la Iglesia quiere defender, y deploró la forma “a veces superficial y equívoca” de considerar la familia actual.