De prestado
¿Por qué será que aquellos trabajos vinculados con la pasión, el disfrute, cierta habilidad o don innato, tienen menos aceptación desde ese punto de vista que otro desapasionado, rutinario, nada genial, que sólo mueve los músculos de la obligación? Es una pregunta para la que aún no he encontrado una satisfactoria respuesta. Si alguien puede proveerla, ayudará enormemente a mi comprensión del mundo y sus vicisitudes.