Cartas de un judío a la Nada
Washington, 1977 Alrededor de la mesa sólo había caras de preocupación. Hombres maduros, algunos ya casi ancianos, enfundados en trajes sobrios o en uniformes militares salpicados de medallas. Todos mostraban caras de absoluto abatimiento. Y en medio de esa manada de políticos, generales y funcionarios, estaba yo, esperando mi hamburguesa.