Patricia: “Hace 17 días tenemos un acampe con gente en autos de alta gama”

La vecina del Asilo Unzué dio su testimonio en la 99.9 cansados de la situación que están atravesando con un acampe de la Agrupación “Nueva Esperanza”. “Hay camionetas Hilux y autos de alta gama que los asisten. Los vecinos no podemos ni salir a la calle”.

Los vecinos de Mar del Plata se sienten desprotegidos todo el tiempo y por distintas circunstancias. En este caso, en la zona del Asilo Unzué, hay un grupo de marplatenses que hace 17 días que están aguantando un acampe de la Agrupación “Nueva Esperanza” en protesta contra Desarrollo Social de la Nación.

Cansados de la situación, Patricia dio su testimonio en la 99.9: “vinieron el 1° de marzo y todavía están acá. Lo llamativo es que hay autos de alta gama como camionetas Hilux o autos Toyota. También hay muchísimos chicos durante el día que andan corriendo por la calle, pero después a la noche no hay”, dijo.

Como la sede nacional de Desarrollo Social está ahí, aparece el conflicto e inmediatamente se mudan aunque los autos de alta gama vienen a proveerlos constantemente: “ayer fui a tratar de hablar con alguien de Desarrollo Social por la calle Río Negro donde dicen que por el problema del acampe no están trabajando. No tienen teléfono tampoco asique no hay manera de comunicarse con ellos”.

Ni la policía, ni la justicia y menos la política les sabe dar una respuesta a una situación por demás incómoda para todo el barrio: “el problema nuestro es que esta gente no tiene ni siquiera un baño químico, hacen sus necesidades por todo el barrio. Salimos nosotros con nuestras nietas e hijos y tenemos un tipo orinando en un árbol. En vez de sentarse del lado de enfrente se sientan en el lado nuestro a tomar mates, a fumar y la gente no puede salir ni siquiera a sacar la basura. La 9 de Julio no viene y no tenemos recolección de basura. La comida la hacen con fuego y tiran las cenizas sin apagar enfrente de las casas; lavan los platos y el agua corre hasta la costa”, puntualizó sobre el desmadre cotidiano que padecen.

Simplemente quieren y buscan que alguien los escuche para sacar a las personas que están allí acampando. Igual, cuando eso suceda también tienen miedo con lo que pueda pasar a futuro: “encima saben todos los movimientos nuestros, de quienes son los perros y cuando se vayan es un peligro porque nos tienen ubicados a todos. Tengo vecinos que están con presión alta porque no pueden salir a la puerta. No hay un mínimo distanciamiento social, nadie usa barbijo”.