El presidente del Círculo de Ingenieros Agrónomos de Ayacucho habló en la 99.9 sobre el proyecto que se debatirá en el Concejo Deliberante de dicha localidad y donde buscarán explicar de que forma se pueden aplicar con seguridad.
La aplicación de agroquímicos sigue siendo un tema de discusión constante entre los productores y los ambientalistas que lo quieren prohibir. En Ayacucho, una iniciativa del Círculo De Ingenieros Agrónomos será tratada hoy en el Concejo Deliberante y que apunta justamente a la regulación de estas aplicaciones, algo que no está contemplado todavía.
El presidente de la entidad que presentó el proyecto, el Ingeniero Agrónomo Patricio Lovrato, brindó los detalles a través de la 99.9: “el proyecto tiene 48 artículos donde tratamos de cubrir todos los aspectos de la aplicación de agroquímicos. Creemos que Ayacucho necesita, como otros pueblos vecinos, una normativa que regule las aplicaciones”.
Luchar contra la ideología saben que no será una tarea fácil porque influye también en la justicia: “hay una carga ideológica muy fuerte que viene de Europa y que influenció hasta la justicia a nivel local. Por eso se generan estas medidas cautelares. No creo que los jueces que dictan las cautelares estén informados sobre la aplicación de fitosanitarios y deberían estar asesorado por un ingeniero agrónomo como un médico que receta los medicamentos”.
Mucha discusión genera siempre el hecho de la aplicación aérea que puede esparcir los agroquímicos a sectores no deseados, pero al respecto Lovrato explicó que hay maneras de controlarlo: “el peligro de deriva en una aplicación terrestre es mínimo porque la aspersión se hace a un metro del suelo mientras que un avión la aplica a 3 o 4 metros. Está demostrado técnicamente a nivel local e internacional que la deriva se puede controlar si se hacen las cosas como corresponde por la dirección del viento, la humedad ambiente y el uso de líquidos adyuvantes, entre otras cosas. En la aplicación aérea hay que tomar más resguardos pero se puede controlar para que la gota vaya donde uno quiere”.
Claro que la presentación que harán en el Concejo Deliberante servirá para despejar dudas todavía presentes quizás incluso por desconocimiento de como podría funcionar para no afectar a nadie: “la ordenanza tiene el sentido de que, como profesionales, podamos explicarle a la comunidad como se utilizan los productos y asegurar que la salud de la gente y la producción de alimentos sanos se puede hacer”.
En ese sentido, siempre es un tema clave hasta que distancia se puede aplicar respecto del casco urbano y el planteo de este proyecto propone 25 metros: “las escuelas suelen estar dentro de un predio, de ese límite consideramos tomar 25 metros sin aplicaciones. Seguramente se ampliará a 50 metros y por fuera de esa franja de exclusión planteamos un área de amortiguamiento donde se pueden usar diferentes productos. Hay un radio de 2 o 3 mil metros en Ayacucho alrededor de la ciudad para tomar un resguardo y que no llegue”.