El periodista hizo un repaso en la 99.9 sobre los diferentes conflictos que se iniciaron en 2009 y que terminaron dandole un espacio preponderante a la izquierda en los sindicatos vinculados a lo que está pasando en la actualidad en el conflicto con el sector de los neumáticos.
El problema que se ha generado con la industria de los neumáticos, tiene un largo derrotero previo que hace falta repasar para tener en claro como lentamente se van instaurando ciertas formas de protestas que están vinculadas siempre a sectores políticos.
El periodista Paulino Rodrígues hizo un repaso en la 99.9 de como distintos sectores de izquierda han logrado avanzar con el apoyo de la política kirchnerista en distintos conflictos de lo que denominó el Corredor Norte en el Conurbano Bonaerense: “hay un crecimiento de la izquierda que está ganando espacios en las internas gremiales. Hubo un corredor, el de la Panamericana, que en el segundo mandato de Cristina Fernández fue potenciado porque un sector cercano al gobierno les dio aires y caldo de cultivo respecto de la famosa transversalidad que tributa al kirchnerismo”.
El origen de toda esa situación, la planteó en el conflicto de la empresa Kraft en 2009: “es un caso que marca un cambio en la tendencia con un control férreo de la dirigencia gremial tradicional. La CTA es un elemento que aglutinaba el corredor centro-izquierda creciente y que ya estaban identificados con un sector gremial, más convertido en empresarial que estaba de los dos lados del mostrador y además hacía política explícita dependiendo el color político de los gobiernos. En gobiernos no peronistas eran muy contestatarios porque le hicieron 5 paros a Macri, 8 paros a De La Rúa, 13 a Alfonsín y ningún paro en 33 meses a Alberto Fernández. Además, un sólo paro a Cristina Fernández”.
Ese conflicto tiene un contexto político también: “en ese momento Cristina era presidente, Scioli gobernador y Massa intendente de Tigre. Se despiden 158 trabajadores de la lista verde que participaba en la comisión interna donde estaban dos referentes Hermosilla y Ramón Bogado que nunca terminaron pactando. Se produjo una tensión creciente, tomaron la planta y hubo un desalojo el 25 de septiembre. El 10 de octubre el sector maoísta terminó de validar un acta que validó los despidos de 53 trabajadores del sector más beligerante. Ahí empezó una raíz de radicalización que luego se extendió”.
Sería el primer paso de una larga lista de problemas donde toda esta tendencia empezaría a crecer: “después vino el conflicto en la autopartista Gestamp con el gendarme que se tira arriba del auto. Pegado aparece Lear, que son todas autopartistas. En ese momento Pignanelli, de Smata criticó a Pitrola que fue el factotum de ese conflicto. Después vino Donelley en Garín, la imprenta donde 430 empleados terminaron en la calle porque cerró en agosto de 2014 y Jorge Medina encabezaba la revuelta. Ahí es cuando Cristina quiere aplicar la Ley Antiterrorista, pero la realidad es que la empresa no era rentable y estaba readecuando su negocio”.
No terminarían allí estos conflictos tan característicos sino que agregarían un capítulo significativo más con Pepsico: “terminó cerrando la planta en Vicente López trasladándose a Mar del Plata. Camilo Montes, el delegado que correspondía al Movimiento de Agrupaciones Clasistas que fue el germen de la Corriente Clasista y Combativa y de muchos de los dirigentes del SUTNA, terminaron tomando la planta que hoy está en manos del Ministerio de Desarrollo Social donde se producen alimentos para repartirlos en Gran Buenos Aires como política de asistencia”.
Todos esos casos fue los que terminó definiendo como el Corredor Norte que le sirvió a la política para empoderar a los sectores de izquierda: “así fue el corredor norte tras Kraft en el Conurbano y que tuvo efectos propagadores, en cascada, que nadie frenó a tiempo y se fueron acrecentando hasta depositarnos en esta situación”.