Nord Pas-de-Calais-Picardie, tradicionalmente obrera y comunista, sufre un cambio de tendencia, según los sondeos de voto de estos días.
Por vez primera en la historia, el Frente Nacional (FN, extrema derecha) de Marine Le Pen podrá gobernar pronto una de las grandes regiones de Francia, tradicionalmente obrera, socialista y comunista, la región Nord Pas-de-Calais-Picardie.
Los últimos sondeos publicados este fin de semana amplían significativamente las intenciones de voto favorables al FN en las elecciones regionales del 6 y el 13 de diciembre próximos, confirmando que más de un 30 % de los obreros franceses votan a la extrema derecha.
Según el último sondeo publicado por Le Parisien, el FN cuenta hoy con el 37 % de las intenciones de voto en la región Nord Pas-de-Calais-Picardie, seguido de Los Republicanos (LR), el partido de Nicolas Sarkozy, que cuenta con un 26 % de intenciones de voto en esa región.
El PS sufre una caída espectacular, relegado al puesto humillante de tercer partido nacional, con un 21 % de intenciones de voto.
Todos los últimos sondeos del último semestre anunciaban una «posible» victoria de Marine Le Pen en una región emblemática, históricamente socialista y comunista, desde hace poco menos de un siglo.
La gran novedad del sondeo de Le Parisien es la ascensión del FN, con 11 puntos de ventaja sobre el partido de la derecha tradicional, y 16 puntos de ventaja sobre el partido mayoritario de las izquierdas francesas.
Cambio de tendencia
Región industrial desde mediados del siglo XIX hasta los años 70 del siglo pasado, cuando la región sufrió el choque brutal del hundimiento final de la siderurgia francesa, Nord Pas-de-Calais-Picardie ha sido durante muchas décadas un bastión electoral del PCF y el PS.
El hundimiento histórico del PCF, a partir de los años 80 del siglo pasado, dejó al PS una hegemonía política prácticamente absoluta. Hasta hoy, cuando los comunistas han desaparecido prácticamente de todo el norte de Francia y las extremas izquierdas y los ecologistas son víctimas de un proceso de fragmentación y división permanentes.
Si las elecciones regionales del 6 y 13 de diciembre pasado confirmasen los sondeos, como creen la inmensa mayoría de los analistas franceses, se trataría de un aldabonazo histórico.
El FN cuenta con un 30 % del voto de los obreros de Francia desde hace poco menos de veinte años. Las últimas elecciones municipales y europeas confirmaron la implantación definitiva de la extrema derecha, nacional y europea.
El FN consiguió en las municipales del 2014 una docena corta de alcaldías. El partido de Marine Le Pen fue el partido más votado de Francia en las elecciones europeas que se celebraron meses más tarde.
Año y medio después, el FN sigue creciendo. Por vez primera en la historia, un partido de extrema derecha podrá gobernar, quizá, una de las grandes regiones francesas, consumando un vuelco espectacular de la geografía política nacional.