El año 2022 será un punto de inflexión para la edición genética conforme más empresas biotecnológicas comiencen a realizar pruebas en humanos.
2022 será un año crítico para la tecnología de edición genética conocida como CRISPR.
Varias empresas del sector de la biotecnología están avanzando hacia los ensayos clínicos en humanos, y los resultados podrían mostrar el potencial —o los límites— de la edición de genes para tratar enfermedades genéticas. El CRISPR, que se encuentra en el sistema inmunitario de las bacterias, está diseñado para corregir “errores” en nuestro código genético. Los resultados positivos de estos ensayos en humanos podrían cambiar la medicina y catapultar a una nueva generación de empresas biotecnológicas a las más altas esferas de la industria farmacéutica.
Pero a pesar del entusiasmo y el potencial de la tecnología, algunos problemas podrían hacerla fracasar. El sector se enfrenta a retos como la seguridad y la accesibilidad de los precios.
Business Insider ha hablado con más de 20 expertos, entre los que se encuentran directores generales de empresas de edición genética, científicos de alto nivel de grandes empresas del mundo de la biotecnología, analistas de Wall Street e inversores de capital riesgo, para descifrar por qué 2022 será un año decisivo para este campo.
“Estamos en un punto de inflexión realmente importante”, explica Rachel Haurwitz, CEO de Caribou Biosciences, que salió a bolsa en julio y está valorada en 1.000 millones de dólares (casi 900 millones de euros, según el tipo de cambio actual). “El año que viene será un momento crítico para demostrar realmente los datos clínicos y empezar a llegar a un punto en el que varios desarrolladores puedan mostrar el potencial para los pacientes hecho realidad”.
“Estamos muy cerca de un medicamento comercial basado en CRISPR”
La tecnología CRISPR saltó a la fama hace casi una década, cuando se publicó una investigación en la revista Scienceque ganó el Premio Nobel en 2012. Esto creó un grupo de empresas de biotecnología que buscaban convertir ese descubrimiento en tratamientos. Decenas de startups emplean ahora a cientos de científicos y han captado miles de millones de euros para llevar esa investigación al mundo comercial.
Los científicos ya estaban trabajando en formas de editar genes antes del descubrimiento de 2012, pero CRISPR facilitó la realización de ediciones precisas en el ADN. Funciona utilizando una enzima que se une a un punto específico del ADN humano, eliminando un gen causante de la enfermedad y volviendo a coser la cadena de ADN. Suele introducirse en las células del paciente en el laboratorio a través de un virus, y esas células se transfieren de nuevo al paciente. Debido a su naturaleza, sólo puede reparar enfermedades causadas por un código genético defectuoso.
“CRISPR no va a curar todas las enfermedades conocidas por el hombre”, afirma Geulah Livshits, analista de investigación del banco de inversión en salud Chardan. “Pero hay potencial con esta tecnología para abordar muchas de las limitaciones que hemos visto con otras terapias”.
Los tres líderes del sector de la edición genética -Crispr Therapeutics, Intellia Therapeutics y Editas Medicine- esperan que el año 2022 traiga más resultados clínicos que demuestren las posibilidades de la edición. Estas empresas son las que tienen más experiencia en el sector y más dinero, y son las que más lejos han llegado en los ensayos con humanos.
El primer medicamento basado en CRISPR, desarrollado por CRISPR Therapeutics y Vertex Pharmaceuticals, comenzó las pruebas en humanos en 2019. El tratamiento se dirige a los trastornos sanguíneos de la anemia de células falciformes y la beta-talasemia y requiere un complejo procedimiento de extracción de las células de un paciente, su edición en un laboratorio y su reinfusión.
Los primeros resultados sugieren que la tecnología podría curar estas enfermedades en lugar de limitarse a tratarlas. Esos estudios acaban de terminar de inscribir a los pacientes y deberían aportar datos a más largo plazo que incluyan a más pacientes en 2022.
El CEO de CRISPR Therapeutics, Samarth Kulkarni, explica a Business Insider que las empresas podrían solicitar la aprobación regulatoria antes de finales de 2022, lo que supondría una auténtica revolución para un tratamiento de edición genética.
“Estamos muy cerca de conseguir un medicamento comercial basado en CRISPR, que será el primero de este tipo en el mundo”, afirma Kulkarni.
Sin embargo, la presentación de la solicitud de aprobación no significa que se apruebe el próximo año. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos suele tardar entre seis y diez meses en examinar los nuevos medicamentos, por lo que la decisión de aprobación no se producirá hasta 2023.
“Para la población con talasemia y anemia falciforme, esto es transformador”, señala Kulkarni. “Es una cura”.
Otros programas de edición genética inician estudios en humanos
Intellia y Editas también esperan lograr avances clínicos sustanciales en 2022.
Intellia acaparó la atención en 2021, al presentar con su socio Regeneron los primeros datos en humanos de un medicamento CRISPR administrado dentro del cuerpo. En seis pacientes con una rara enfermedad degenerativa que implica la acumulación de proteínas hepáticas deformadas, los niveles de la proteína dañina se redujeron significativamente tras una dosis del tratamiento CRISPR de Intellia. El tratamiento de Intellia es una única infusión intravenosa que no requiere la extracción de células de los pacientes, lo que hace que sea más sencillo de administrar y más fácil para el paciente.
Las acciones de Intellia se han duplicado con creces en 2021 y convirtieron a la empresa de edición genética en la más valorada del mercado, con 8.500 millones de dólares. La biotecnológica de Massachusetts ha comenzado las pruebas en humanos de otro candidato a fármaco CRISPR para los casos hereditarios de inflamación, administrando la primera dosis al primer paciente el 13 de diciembre.
Editas se enfrenta a un año importante para convencer a los inversores de que sigue siendo una empresa líder en la edición de genes.
Editas fue la primera empresa basada en CRISPR en salir a bolsa, en 2016. Pero su liderazgo ha estado plagado de movimientos en los últimos años. Un estudio preliminar de un tratamiento CRISPR para un trastorno ocular produjo resultados mixtos a principios de este año, con sólo uno de cada cuatro pacientes experimentando un claro beneficio. El precio de las acciones de la empresa ha caído más de un 50% en 2021.
Mientras que Intellia y CRISPR Therapeutics cuentan con datos que sugieren que sus enfoques funcionan, Editas aún necesita obtener resultados positivos para sus primeros medicamentos experimentales, comenta Livshits.
Varias empresas más pequeñas esperan unirse a estos tres líderes para compartir resultados iniciales o iniciar estudios en humanos en 2022.
Graphite Bio, una empresa californiana que salió a bolsa en junio, está preparada para presentar los primeros datos en humanos de su programa contra la enfermedad de células falciformes. El precio de sus acciones ha caído más de un 40% desde su debut en bolsa.
Caribou tiene previsto presentar los primeros resultados clínicos de su terapia celular editada con CRISPR, diseñada para tratar un tipo de cáncer llamado linfoma no Hodgkin.
Se espera que el próximo año la edición de genes se aplique a enfermedades comunes, con estudios en enfermedades cardíacas, el cáncer e incluso la diabetes. Kulkarni indica que CRISPR Therapeutics tiene previsto inscribir a la primera persona en un ensayo de una terapia experimental con células madre editadas genéticamente para la diabetes de tipo 1 antes de 2022.
Con el lanzamiento de más ensayos, los riesgos de seguridad y los costes serán importantes
Hasta ahora, los primeros datos de los pacientes han sido tranquilizadores y no han planteado problemas de seguridad. Pero a medida que más tratamientos se sometan a pruebas en humanos y el número de personas tratadas pase de docenas a cientos o miles, el sector estará muy atento.
Para editar los genes, CRISPR rompe las cadenas de ADN de nuestras células. Ese corte se repara a continuación. Pero el proceso de reparación podría teóricamente causar translocaciones cromosómicas, fusionando el corte con una parte diferente de ese gen. CRISPR también podría editar otras partes del ADN además del gen objetivo, en lo que se llama “efectos fuera del objetivo”. Eso puede provocar daños graves, incluso potencialmente el cáncer.
Dado que estas modificaciones son permanentes, no hay margen de error, explica Janice Chen, directora de tecnología y cofundadora de Mammoth Biosciences, una empresa californiana de CRISPR.
La terapia génica, un sector relacionado que consiste en insertar la copia correcta de un gen en lugar de eliminar la mala, sufrió un retroceso durante años por la muerte de un voluntario de un ensayo clínico en la década de 1990.
“La preocupación que más me ocupa ahora mismo es la asequibilidad y la accesibilidad de la tecnología de edición del genoma”, escribe en un correo electrónico a Business Insider Jennifer Doudna, parte del equipo ganador del Premio Nobel que descubrió la técnica CRISPR. “Nos estamos acercando a un momento en el que tendremos la capacidad de usar la CRISPR para curar enfermedades genéticas, pero la pregunta se convierte en “¿Para quién?” Si el coste es tan alto que las compañías de seguros no pagarán las terapias, entonces no estamos abordando completamente el problema”.
Kulkarni se ha negado a proporcionar un rango de precios para el tratamiento de CRISPR Therapeutics para la anemia de células falciformes y la beta-talasemia, pero ha reconocido que probablemente tendrá un precio elevado. Y la forma en que el sistema sanitario estadounidense pagaría estos tratamientos es una cuestión abierta.
Las grandes farmacéuticas podrían empezar a apostar por la edición genética
Aunque no hay duda de que en 2022 se iniciarán más programas de edición en humanos, no está tan claro si un gigante farmacéutico se adentrará en el mundo de la edición genética. El interés de la industria farmacéutica por la edición genética podría indicar que las grandes empresas farmacéuticas creen que esta tecnología es importante y prometedora para crear tratamientos comercializables.
Hasta ahora, grandes empresas biotecnológicas como Vertex y Regeneron se han asociado con startups de edición genética con la esperanza de utilizar la tecnología para abordar ciertas enfermedades o desarrollar mejores métodos de edición.
Pero los grandes bolsillos de las grandes farmacéuticas -multinacionales como Pfizer, Novartis y Roche, por ejemplo- no participan en esta fiesta. Algunos expertos creen que 2022 podría ser el año en que esto cambie.
Las compañías farmacéuticas suelen esperar a ver si un nuevo método funciona en humanos antes de invertir, explica Devyn Smith, antiguo líder de investigación y desarrollo de Pfizer que ahora es CEO de Arbor Biotechnologies, una startup de edición genética de Massachusetts. En su opinión, el momento de la edición genética está cerca.
“Empezaremos a ver a las grandes empresas farmacéuticas hacer jugadas aquí”, afirma Smith. “Creo que veremos más actividad en este espacio, porque creo que estamos en la antesala de una auténtica legitimación”.