Francia es uno de los países con las mayores tasas de asesinatos de mujeres en Europa. El gobierno trabaja en nuevas leyes, pero los grupos activistas dicen que se necesitan más medidas.
Annick Gauthier siente que ha sido condenada de por vida. Desde marzo de 2017, ha vivido con un vacío interior. Su hija de 28 años Hélène (foto principal) fue asesinada en ese entonces por su exnovio cerca de la ciudad de Reims, en el noreste de Francia.
“Se habían separado seis semanas antes y desde entonces la estuvo acosando”, dice Gauthier. “Una mañana, la estaba esperando en el establo donde ella trabajaba y trató de convencerla de volver a estar juntos. Cuando ella se negó, él sacó un cuchillo y la apuñaló en el corazón y los pulmones”.
Gauthier dice que piensa en su hija a cada momento, pero que su cerebro se niega a asumir lo que realmente sucedió. “Creo que trata de protegerme, de otra forma me volvería loca. Todavía no puedo imaginarme que no volveré a verla nunca más”.
“Estoy furiosa contra este sistema patriarcal”
Esta madre de 57 años no solo culpa de lo sucedido al exnovio de su hija. También está furiosa con un sistema que, siente, abandonó a Hélène. “Dos semanas antes de que la asesinara, este hombre ingresó a casa de mi hija por una ventana. Él estaba convencido de que ella tenía otra pareja y quería intimidarla”, explica.
Gauthier relata que Hélène fue a la policía a presentar cargos, pero volvió a casa llorando. “La policía le restó importancia a lo ocurrido. No reconocieron lo peligroso que era este hombre y luego decidieron abandonar el caso. Estoy furiosa contra este sistema patriarcal, en el que los hombres protegen a otros hombres y dejan a su suerte a las mujeres”.
Más de 130 femicidios en Francia en 2019
El caso de Hélène es apenas uno de muchos. Solo este año, más de 130 mujeres han sido asesinadas en Francia por sus parejas o exparejas. El grupo de derechos de las mujeres #NousToutes (“Todas nosotras”) las ha estado contando de forma pública a través de las redes sociales en los últimos años.
El movimiento también ha organizado actos para crear conciencia sobre la gravedad del problema. Uno de ellos fue el del 23 de noviembre de 2019, cuando decenas de mujeres permanecieron boca abajo en la plaza de la Bastilla, en París. Justo al lado de ellas, un altoparlante transmitía reconstrucciones de llamadas telefónicas a la policía.
“Me separé de mi novio y me está amenazando. Dejó un mensaje diciendo que quiere matarme”, dice una voz femenina desde el altavoz. “Pero, son solo palabras, ¿acaso te ha golpeado alguna vez?”, responde una voz masculina. “Me insultó y ayer me golpeó, después de descubrir que lo había engañado”, responde ella. “Eso no me sorprende”, dice el hombre, que aconseja a la chica volver a llamar cuando se sienta realmente amenazada.
Camille Caratti, una de las organizadoras del acto, dice que para combatir este problema es necesario un cambio profundo de mentalidad. “Estamos tratando de hacer tantas presentaciones como sea posible para explicarle a la gente cuán habituales son los femicidios. Las cifras siguen creciendo y cada mujer muerta es una hermana que pudo haberse salvado si el gobierno hubiera actuado de forma más decidida”, sostiene.
Una nueva ley para proteger a las mujeres
Pero el gobierno francés dice que ha asumido como propia la causa y lleva varias semanas realizando consultas con asociaciones y familiares de las víctimas en todo el país, y ahora está avanzando en una ley para proteger mejor a las mujeres.
“El gobierno está cooperando con los legisladores de todo el espectro político y estamos listos para actuar”, dice Fabienne Colboc, miembro del partido La República en Marcha, del presidente Emmanuel Macron. “Las nuevas normas introducirán el uso de brazaletes electrónicos para mantener a raya a los hombres violentos. Los jueces podrán emitir órdenes de alejamiento y se abrirán más refugios para mujeres amenazadas”, agrega.
Las propuestas están en trámite en el Parlamento y aún deben ser aprobadas. El gobierno asegura que podrían sumarse más iniciativas legales, dependiendo de lo que salga de las consultas ciudadanas.
Falta una medida crucial
Gauthier participó en esos diálogos, y admite que la nueva ley es un buen comienzo. “Estoy contenta de que estemos hablando de brazaletes electrónicos, que han funcionado bastante bien en España y deberíamos implementarlos acá pronto”, señala.
Pero agrega que hay un punto crucial, algo que ella cree pudo haber salvado la vida de su hija, que no ha sido considerado: entrenamiento psicológico específico para los policías. “Ellos deben bajar de su pedestal y escuchar a las mujeres que les piden ayuda. Si una mujer dice que se siente amenazada, ellos deben tomar las medidas necesarias para protegerla. Sabemos de muchas mujeres que fueron a la policía a pedir una ayuda que les fue negada. Y ellas ahora están muertas”.