Por indicaciones del plan de emergencia, fueron retirados de circulación los vehículos gubernamentales. La ciudad se encuentra bajo una densa nube de smog que redujo la visibilidad a unos metros.
La contaminación de Beijing ya alcanzó niveles realmente peligrosos. A tal punto, que el gobierno instó a la gente a no salir a la calle. Algunos colegios de la capital recibieron la orden de cancelar las actividades en espacios abiertos. El Centro Municipal de Control Medioambiental aseguró que la densidad de partículas finas alcanzó los 700 microgramos por metro cúbico en muchas partes de la ciudad, un índice considerado como de alto riesgo. La calidad del aire se califica como “excelente” cuando el índice es menor a 50, y es “buena” cuando dicho nivel no supera los 100. Por encima de 300, ya se considera una situación de peligro. El valor de PM2,5 llegó a 886 microgramos a las 20 horas, según las mediciones de la embajada de EEUU.
El smog cubrió grandes extensiones del este y el centro del país, por lo que se ordenó el cierre de algunas autopistas y se retrasaron los vuelos en varias provincias, según la agencia oficial Xinhua. Otra de las medidas del plan de emergencia fue retirar de circulación a los vehículos gubernamentales, con el fin de disminuir su uso en un 30%. También se dieron instruyó a los trabajadores de las obras para que minimicen la producción de polvo y a las fábricas para que reduzcan las emisiones o paralicen sus faenas. Por su parte, el hospital Shijitan recibió un 20% más de pacientes con cuadros de bronquitis y asma.