Los individuos que mantienen relaciones más románticas y sexuales en la mediana edad gozan de beneficios cognitivos como una mejor memoria.
Una investigación realizada sobre 6.000 adultos británicos ha revelado un método para mantener en buena forma las capacidades cognitivas, concretamente la de la memoria, una vez cruzado el umbral de los 50 años. Y es una fórmula a la que difícilmente se le encontrarán pegas: mantener la chispa de la pasión y una vida sexual activa en una relación de pareja.
El estudio ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Wollongong en Nueva Gales del Sur (Australia). Todos los seleccionados para el estudio habían cumplido por lo menos el medio siglo. Primero fueron sometidos a un test de memoria, y después a un cuestionario sobre sus hábitos románticos: con qué frecuencia se besaban con su pareja, cada cuánto hacían el amor y otros detalles sobre su estado emocional.
Los resultados de la prueba de memoria fueron superiores para los tortolitos, especialmente a la hora de recordar eventos recientes, asegura el investigador principal, Mark Allen. Los autores sugieren que la actividad sexual estimula la región del cerebro relacionada con la memoria y beneficia a la capacidad de recordar a corto plazo, que es precisamente la que sufre mayor deterioro con la edad.
Por otro lado, avisan los investigadores, las capacidades cognitivas terminaban decayendo por igual a mayores franjas de edad, concretamente en la ancianidad. Aunque el sexo en la tercera edad tiene considerables beneficios para la salud psicológica y cardiovascular, para mantener la memoria en forma se recomiendan prácticas menos picantes como la lectura y los pasatiempos lógicos como el sudoku.