Se trata de la primera computadora cuántica instalada fuera de Estados Unidos. Su uso abre posibilidades aún insospechadas al mundo de la ciencia.
La canciller Angela Merkel inauguró oficialmente la primera computadora cuántica instalada en Alemania por el gigante informático estadounidense IBM, en momentos en que Europa se encuentra muy activa en el desarrollo de esta tecnología.
Instalada cerca de Stuttgart (suroeste) en cooperación con el instituto de investigación alemán Fraunhofer y operativo desde comienzos de abril, esta unidad del “Q System One”, es la primera computadora cuántica de IBM instalada fuera de Estados Unidos.
Merkel, quien redactó una tesis en química cuántica durante sus estudios académicos pronunció un discurso en la ceremonia inaugural online, que comenzó hacia las 12h00 GMT.
Ordenadores hiperpotentes
La tecnología cuántica posibilitaría el uso de ordenadores hiperpotentes, superando por muy lejos las capacidades de los más desarrollados superordenadores actuales, merced a la utilización de las espectaculares propiedades físicas de partículas infinitamente pequeñas.
La clave: en lugar de los “bits” de la computación clásica, binaria, que pueden tomar los valores 0 ó 1, el mundo cuántico utiliza “qubits”. Éstos pueden contener varios valores diferentes a la vez, lo que permitiría, en teoría, realizar complejas operaciones matemáticas en paralelo.
Qubits en lugar de bits
Cálculo de itinerarios, desarrollo de fármacos, decodificación: aún en gran medida experimental por ahora, la tecnología cuántica podría permitir algún día resolver problemas que son demasiado complejos para las computadoras actuales e incluso futuras en tiempos ínfimos.
Francia y Alemania tienen por objetivo ser pioneros en este dominio: París anunció en enero una inversión de 1.800 millones de euros (unos 2.180 millones de dólares) durante cinco años y Berlín de 2.000 millones para desarrollar una computadora cuántica de aquí a 2025.
Actualmente, solamente Estados Unidos domina esta tecnología.
En este momento, el desafío es aprender a sacarle el mayor partido. Todavía es “relativamente extraño que se pueda hacer algo en un ordenador cuántico que sea imposible” para una computadora convencional, de acuerdo a un experto.