El laboratorio Myriad Genetics quiere patentar secuencias de ADN humano para desarrollar tratamientos contra el cáncer.
El laboratorio de investigación genética hizo una petición a la Corte Suprema de Estados Unidos para poder patentar secuencias de ADN humano utilizadas en el desarrollo de tratamientos contra el cáncer.
Basándose en material genético, Myriad Genetics está trabajando en la detección de mutaciones que podrían evolucionar hasta convertirse en enfermedades mortales, como el cáncer de mama.
Según los directivos del laboratorio, se ha hecho una inversión multimillonaria en la creación de sus exámenes para diagnósticos y, ahora, el otorgamiento de una patente es la única manera de garantizar un retorno y más estímulo para la investigación.
Además, tener una patente restringiría a otros laboratorios clínicos en sus intentos de usar las mismas cadenas genéticas para elaborar un diagnóstico sobre una posible enfermedad. Hay quienes se oponen a esta medida, creyendo que los genes del genoma humano no pueden ser posesión exclusiva de una empresa privada.
Myriad Genetics, es una comercializadora de pruebas avanzadas para la detección del riesgo de enfermedades. Uno de sus logros más recientes fue haber podido aislar ADN que contiene genes denominados BRCA1 y BRCA2. La mayoría de las personas tienen versiones normales de estos genes, pero algunas poseen mutaciones de BRCA y por eso tienen entre 85% y 90% de riesgo de desarrollar cáncer de mama o de ovarios.
Myriad quiere que estas cadenas genéticas, así como las secuencias de nucleótidos, sean patentadas para que los pacientes que quieran someterse a pruebas de mutación de BRCA solo puedan hacerlo a través de esta empresa. El problema es que otros médicos no podrían analizar el código genético en los genes BRCA de un paciente porque, al tomar una muestra de sangre y aislar el ADN, estarían manipulando la propiedad privada de Myriad Genetics.
“Myriad ha realizado una labor brillante, merecen muchos elogios y compensación”, expresó a BBC Mundo Margaret Moon, pediatra especializada en Bioética de la Universidad Johns Hopkins de Maryland, EEUU. “Estoy a favor de que su método sea patentado, pero no es realista esperar que puedan patentar una parte del cuerpo humano”, agregó. Myriad cobra US$3.000 por una prueba de mutación de BRCA, pero la doctora Moon explica que esa prueba podría hacerla un laboratorio independiente por unos US$200, si no fuera por la exclusividad.
Según los voceros de la empresa, se han invertido cerca de $500 millones de dólares en el desarrollo de estos estudios y creen que sin la patente no habría incentivo para continuar con los estudios para elaborar tratamientos, pruebas y tecnología. El doctor Jeffrey Kahn, profesor del Instituto de Bioética Berman de la Universidad Johns Hopkins, está de acuerdo con que una empresa patente material sintético pero no cree justo que lo haga sobre algo que está en la Naturaleza, como es una cadena genética. Margaret Moon coincide en que Myriad debería tener derechos sobre lo que ha creado o alterado y no sobre lo que ha encontrado en la naturaleza misma. “Ellos pueden vender la prueba y la tecnología, pero lo que pide Myriad tiene que ver más con el dinero y menos con la terapia”, declaró.
El fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre derechos exclusivos podría tener repercusiones sobre los científicos que modifican genéticamente plantas o granos para producir especies resistentes a plagas o que pueden cultivarse con más rapidez.