El historiador remarcó en la 99.9 que entre muchos de sus polémicos planteos, Domingo Faustino Sarmiento aseguró en distintos escritos esta idea y además se refirió a otros aspectos del prócer argentino: ” unía el concepto de educación con la industria, el agro y el trabajo genuino”, explicó.
El 11 de septiembre siempre es un día particular. Instaurado como el Día del Maestro, suele traer a colación los pensamientos de Domingo Faustino Sarmiento teniendo en cuenta que se conmemora su muerte en esa fecha.
Siempre es valioso personaje de la historia argentina, genera nuevos focos de discusión sobre temas que más de un siglo y medio después siguen vigentes. El historiador Ricardo De Titto explicó porque suceden estos replanteos en la 99.9: “Sarmiento tenía una visión y un proyecto de país y discutía temas que hacen a la esencia de la formación de un país, eso no pierde vigencia, está más allá de la temporalidad. Sarmiento nunca termina de morir, siempre aparecen textos y propuestas que lo traen de nuevo a la cotidianeidad”.
También son reconocidas algunas frases extremas que generaban y aún hoy lo siguen haciendo, disgusto social: “era un polemista y a veces se le iba la lengua en la necesidad de polarizar para debatir con mayor potencia. Incluso tiene muchas frases desagradables, pero no cambia la esencia del balance del personaje”, agregó.
Puntualmente al referirse a la educación, tenía una visión integral de lo que podía generar en el pueblo pero no sólo desde el aprendizaje. De Titto remarcó que “cuando instala la educación como el principal desafío nacional, no lo hace por un interés de acercamiento de la población a los conocimientos, sino por una utilidad práctica. Por ejemplo,a su amigo Krause en Chivilcoy le indicaba desde Estados Unidos que debían poner una biblioteca para enseñarle a leer a la gente y que él pudiera enviarle los folletos de la maquinaria agrícola que producían. La gente tenía que saber leer el folleto y decidir que importará para desarrollar la producción. Unía el concepto de educación con la industria, el agro y el trabajo genuino”.
Sus pensamientos planteaban temas tabú en la discusión social y agregó el historiador un tema quizás desconocido o al menos, no tan divulgado relacionado con el rol de la Iglesia en la corrupción: “tiene varios escritos en donde acusa a la Iglesia como fuente de corrupción humana por la práctica del celibato. Esto fue hace 150 años y lo hizo en tres oportunidades”, reveló.