Robos armados vuelven a ser “delitos graves” en Nueva York: revisan dos leyes polémicas tras críticas por auge criminal e impunidad

El polémico nuevo fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, revisó ayer un par de sus políticas más controvertidas, aclarando que los robos comerciales cometidos con armas serán procesados como “delitos graves”.

El polémico nuevo fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, revisó ayer un par de sus políticas más controvertidas con un nuevo memorando que exige que los robos comerciales cometidos con armas sean procesados ​​nuevamente como “delitos graves”.

El memorando de “aclaratoria” de Bragg enviado a su personal dice que asaltar una tienda u otro negocio con un cuchillo o un arma de fuego “será acusado como un delito grave, ya sea que el arma esté operativa, cargada o sea una imitación realista”. “El valor predeterminado en los casos de armas es un enjuiciamiento por delito grave”, escribió Bragg, citado por New York Post.

Las medidas siguieron a la indignación generalizada por las directivas blandas hacia el crimen que Bragg emitió a los fiscales de Manhattan después de que asumió el cargo el 1 de enero, el mismo día que el alcalde Eric Adams.

Coincidiendo con la visita del presidente Joe Biden a la sede central de NYPD, el jueves la policía difundió sus estadísticas mensuales del crimen, las cuales reflejan un nefasto comienzo de 2022 en comparación al año anterior, con un aumento de 38.5% en el crimen en general.

Luego del auge de la violencia armada en 2020 y 2021 particularmente entre jóvenes miembros y/o víctimas de pandillas, el 2022 arrancó con la misma tendencia, representando un gran reto para el nuevo alcalde Adams, ex oficial NYPD. Según las últimas cifras, hubo 21 incidentes de tiroteos la semana pasada, del 24 al 30 de enero, un aumento de 75% frente al mismo lapso en 2021.

En paralelo, el nuevo fiscal Bragg ha sido cuestionado, incluso por la gobernadora Kathy Hochul y el alcalde Adams, ambos demócratas, por supuestamente estar promoviendo la impunidad.

En el memorando de seguimiento a su personal enviado ayer viernes, el también demócrata Bragg -electo para el cargo en noviembre- dijo que quería “conmemorar los elementos clave que transmití en nuestra reunión de toda la oficina el 20 de enero”.

“Un robo comercial a punta de cuchillo, o con otra arma que crea un riesgo de daño físico, será acusado como un delito grave”, precisó. “En los robos a tiendas minoristas que no impliquen un riesgo de daño físico, la Oficina continuará evaluando los cargos con base en todas las circunstancias agravantes y atenuantes presentadas”.

En un comunicado el viernes, un portavoz de la policía de Nueva York dijo: Estamos al tanto de la aclaración (del fiscal Bragg) y esperamos trabajar juntos para garantizar la seguridad en nuestra ciudad”.

Patrick Lynch, presidente de la Asociación Benevolente (PBA), el sindicato policial más grande de Nueva York, criticó el mes pasado las políticas del fiscal Bragg, diciendo que traerían más crimen e impunidad, y que los policías “no quieren ser enviados a hacer cumplir leyes que los fiscales de distrito no procesarán”.

Ahora Lynch celebró el nuevo anuncio del fiscal de Manhattan. “Esperamos que este memorando actualizado llegue a las calles como lo hizo el primero, porque los delincuentes armados definitivamente creen que tienen un refugio seguro en Manhattan”, dijo en un comunicado.

Bragg fue públicamente criticado en las masivas misas fúnebres de los oficiales Jason Rivera (22) y Wilbert Mora (27), baleados el mes pasado en Harlem al responder a una llamada a 911 por violencia doméstica, despertando las alarmas de violencia en Nueva York y provocando un mensaje de pésame del presidente Biden y su posterior visita a la ciudad para apoyar a NYPD.

Dominique Luzuriaga, viuda de Rivera, envió desde el púlpito de la Catedral de San Patricio un contundente mensaje al nuevo fiscal Bragg, por sus cuestionadas políticas de no perseguir “delitos menores”. Lo mismo hizo Karina Mora, hermana del segundo oficial abatido.

En el pasado reciente, varios factores que analistas, líderes sindicales, políticos y los propios ciudadanos han vinculado con el auge de la violencia son las controvertidas reformas de la fianza en el estado NY vigentes desde enero de 2020 con el apoyo del entonces gobernador Andrew Cuomo; la liberación masiva de presos para evitar contagios por el coronavirus; la crisis de salud mental con más indigencia en las calles y el Metro; y la reducción de fondos a la policía promovida por el Concejo Municipal y el anterior alcalde Bill De Blasio.

Su sucesor Adams ha prometido revertir esa situación, pero ha encontrado obstáculos dentro de su propio partido demócrata.