El abogado que representó a los armadores del buque San Antonino se refirió a la sentencia que se dio a conocer hace dos días por la muerte de uno de los tripulantes que no estaba en el registro de las personas que debían trabajar a bordo.
En el año 2016 el hundimiento del Buque San Antonino abrió una investigación para tratar de encontrar a los responsables de ese hecho donde fallecieron tres personas.
Hace dos días, se dio a conocer la sentencia donde los armadores del buque no tuvieron vinculación con el hecho y, por el contrario, ante un dato particular con una de las víctimas, recayó la responsabilidad sobre el capitán del buque: “la sentencia del Dr. Inchausti da por terminada una primera instancia de un hecho lamentable que ocurrió en 2016 y recién en 2023 tenemos una respuesta todos por parte de la justicia. Como hecho distintivo que dio origen a esta investigación fue que uno de los cuerpos que se encontraron no estaba registrado en el libro de rol en el buque. Eso derivó en una imputación para los armadores del buques, los agentes marítimos, Prefectura y otros actores”, explicó el abogado Rubén Legler que representó a los armadores del buque, a través de la 99.9.
Los datos que se fueron recogiendo en la investigación, aportaron datos que eran esclarecedores sobre el motivo por el cuál esa persona estaba en el barco: “después de 7 años de investigación ardua se llegó a la conclusión de que no había responsabilidad por parte de los dueños armadores del buque dado que sucedió bajo quien tenía la autoridad del buque en ese momento. Era un barco añoso que tenía una tripulación de 5 marineros, todos registrados. Lamentablemente se recuperaron 3 cuerpos y uno pertenecía a alguien que no estaba registrado. La imputación era por homicidio culposo y abandono de persona”.
Lo que se estableció era que el capitán tuvo la responsabilidad plena de que esa persona subiera al barco y tuviera ese trágico destino: “quedó acreditado que la autoridad máxima en una embarcación es el capitán que decide quien sube y quien baja. Esto quedó evidenciado en el testimonio de la madre de la víctima que dijo que el capitán lo había pasado a buscar por su casa, fue una decisión del capitán”.
También era una realidad que la persona fallecida había trabajado para los propios armadores, pero no tenía autorización para hacerlo en ese momento: “la persona que fue encontrada y no estaba en los registros, trabajó para los armadores, pero luego se bajó del buque porque el permiso de pesca que tenía estaba vencido. Se le dijo que no se embarcaría hasta tanto no tuviera su libreta de embarque o permiso de pesca. Al parecer había una relación de amistad con el capitán y lo subió al barco. Los armadores se encontraron con esta situación cuando apareció el cuerpo porque no sabían que lo habían subido al barco”.