Los habitantes de las zonas afectadas por la tormenta han asaltado los comercios de Los Cabos. Las autoridades han confirmado dos muertos y tres desaparecidos.
Después de la tormenta Odile, considerada por las autoridades mexicanas como la más destructiva en la historia de Baja California Sur (noroeste de México), han llegado los saqueos y la desesperación. Sus habitantes, que llevan desde el domingo en una situación de emergencia —no disponen de red eléctrica ni suministro de agua— han asaltado los supermercados y las gasolineras de Los Cabos (de unos 260.000 habitantes), la parte más afectada. Las autoridades han confirmado, por el momento, dos fallecidos extranjeros a causa del huracán, un alemán y un coreano.
El subdirector de Información del Gobierno de Baja California Sur, Jesús Leyva, ha explicado que uno de los fallecidos es Kyong Jim Park, gerente de la empresa minera El Boleo, que fue arrastrado en su vehículo por un río en la población de Santa Rosalía, en el municipio de Mulegé, mientras que su acompañante, de la misma nacionalidad, está desaparecido. El segundo fallecido es el alemán Hunter Treaow, que salió en una embarcación junto con otras dos personas, que tampoco han sido encontradas.
La policía ha detenido este jueves a cinco personas que intentaban pasar a La Paz (capital de Baja California Sur) con sus camionetas cargadas de víveres y otros artículos. “Transportaban cerveza, carnes frías, pero también televisores de plasma y decoración navideña”, ha asegurado el director de comunicación de la Procuraduría General de Justicia de Baja California, Sergio Villareal. Y ha detallado que se trata de dos profesores, un médico y un estilista. Todos han confesado haber saqueado un supermercado en el Cabo San Lucas y en San José del Cabo.
Desde el lunes, se han desplegado más de 2.000 militares para impedir “rapiñas”. Pero tanto ellos como los policías municipales fueron rebasados en su intento por detener la aglomeración de personas que hurtaron lo que pudieron en los carritos de los supermercados. En todas las colonias de Los Cabos se han organizan cuadrillas de vigilancia ciudadana contra la delincuencia, que ataca por la noche, en medio del caos.
Según el primer informe de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), los daños en la infraestructura eléctrica han dejado sin el servicio a 239.000 de los 246.000 usuarios domésticos, comerciales e industriales en todo el Estado. La falta de electricidad provocó, a su vez, la escasez de agua potable ya que se paralizaron las plantas potabilizadoras y las plantas de bombeo. Está previsto que el buque El Zapoteco de la Marina, cargado con con más de 24.000 cajas de víveres, llegue este jueves a las costas de Baja California. Entre ellos, alimentos enlatados, agua embotellada, artículos de higiene personal, desinfectantes y artículos de limpieza.
En algunas colonias los vecinos están utilizando los árboles caídos para levantar barricadas o prender fogatas en los principales accesos a sus calles, para evitar que entren a robar a las casas y comercios que aún tienen algunos productos para vender.
Las autoridades mexicanas y las aerolíneas continúan con el desalojo de los 26.000 turistas que se quedaron varados en esta zona turística por el paso del huracán. Aunque se rebajó la categoría del huracán de cuatro a uno en su paso por la península, sus efectos han sido devastadores. Odile impactó Baja California Sur la noche del domingo como un huracán categoría tres en la escala de cinco de Saffir-Simpson, con vientos superiores a 200 kilómetros por hora y rachas de hasta 250.
A su paso, provocó daños e inundó amplias zonas pobladas en cinco municipios de ese Estado, principalmente en las zonas de Loreto y La Paz, su capital.
Después de atravesar la Península de Baja California, Odile se degradó a depresión tropical y luego a baja presión remanente, y actualmente se desplaza sobre el estado de Sonora con lluvias intensas en el noroeste de México y el suroeste de Estados Unidos.