El pasado viernes fue puesta en órbita la cápsula espacial rusa Bión-M, que lleva a bordo a casi un centenar de pequeños animales.
La misión durará 30 días y, en ese plazo, los animales serán sometidos a diversos estudios biomédicos espaciales. El lanzamiento se produjo junto al cohete Soyuz, desde la base de Baikonur (Kazajistán). A bordo de la nave viajan ocho jerbos mongoles, 45 ratones, 15 tritones, 20 caracoles y 15 lagartijas, además de caracoles, peces y microorganismos.
Los expertos explicaron que todas las especies elegidas tienen similitudes inmunológicas, biológicas o estructurales con el ser humano. Bión-M está equipada con decenas de cámaras de vídeo para vigilar el estado de los animales y su adaptación al medio. La nave permanecerá en una órbita circular inicial de 575 kilómetros a 64,9 grados de inclinación.
Se prevé que el próximo 18 de mayo regrese a la Tierra y aterrice cerca de la ciudad de Orenburg (Rusia). A partir de ahí, comenzará la segunda parte de este trabajo. El objetivo de la misión es investigar la fisiología animal en microgravedad, realizar estudios biológicos de los microorganismos y las plantas; y analizar otros aspectos biotecnológicos, los efectos radiobiológicos y parámetros biológicamente significativos de radiación ionizante cósmica.