En la última década, las huelgas docentes ocasionaron 90 días de paro, es decir, medio ciclo lectivo. En 2013 ya van ocho días sin clases en cuatro semanas y no se completará el mínimo de 180 días establecido por ley.
La educación en la Provincia de Buenos Aires ha perdido 90 días de clase en la última década, loque equivale a la mitad de un ciclo lectivo. Esto sucede por los paros de actividades de maestros, auxiliares y empleados de la Dirección de Escuelas.
La información surge de un trabajo publicado por el Centro de Estudios de Políticas Públicas (CEPP) que también incluye los calendarios escolares desde 2004 hasta la actualidad. Durante ese período, nunca se ha cumplido la previsión oficial de jornadas de clases en los tres niveles: inicial, primario y secundario. Ese es precisamente uno de los déficit del sistema educativo. Otro dato señala que la doble escolaridad en la provincia no supera el 5%.
En la discusión de paritarias, los sueldos son los que prevalecen, aunque también se discute sobre las condiciones laborales y problemas de infraestructura. La Dirección General de Escuelas bonaerense consume el 90% del presupuesto asignado en sueldos para los 320 mil maestros y trabajadores del sector.
Este año la Legislatura aprobó un total de 41 mil millones de pesos para Educación, de los que supone un gasto total de la Provincia de 139 mil millones. Esto representa un incremento de casi el 25% en relación al 2012. De todas maneras, a Scioli no le cierran las cuentas para otorgar mejoras salariales. Sólo en el ciclo lectivo iniciado este año ya se registraron 8 ceses de actividades, con advertencias de medidas de fuerza para la semana próxima. Ya se sabe que no se podrá contar con el mínimo de 180 días de clase que por ley debe cumplir el calendario escolar.
La parálisis del tercer sistema educativo de Latinoamérica (después del D.F. de México y San Pablo) ha determinado una gravedad institucional que llevó al Gobernador a llamar a los 134 intendentes bonaerenses para que colaboren con el regreso de los maestros a las aulas.
En 2011 hubo sólo cinco paros. Buenos Aires había concedido un 26% de aumento salarial, por encima de lo que había establecido la Nación, y eso dio tranquilidad. Pero para hacerlo recibió 7.500 millones de pesos de la Nación. El año pasado 2.200 millones se destinaron a ayuda y los paros acumularon 12 jornadas. Este año, directamente no hubo auxilio financiero.
El secretario general del Suteba, Roberto Baradel, djio que “si no disponen de plata, que digan cuánto falta”. Actualmente, la Provincia tiene un déficit de 13 mil millones de pesos y necesita otros 12 mil millones para pagar esos aumentos.
Si vamos más atrás en el tiempo, en 2010 el ciclo lectivo estaba programado para 184 días, pero el efecto de los planes de lucha ponían en riesgo el cumplimiento de la previsión del Consejo Federal de Educación. En diciembre de ese año hubo ocho paros. Un año antes, en plena contracción económica por los efectos de la recesión mundial, Buenos Aires tuvo 9 ceses de actividades; o 12 si se suman los paros de los no docentes.
En 2008, al comienzo de la gestión Scioli hubo tres paros; pero fue uno de los años más explícitos en esta problemática. El Observatorio Latinoamericano de Políticas Públicas, con sede en Brasil, indicó que el 40% de las medidas de fuerza de esta parte del continente llegaron desde Argentina.
En la Provincia, algunos funcionarios ya piensan en la necesidad de discutir una evaluación del sistema educativo y la prestación de los maestros, como un “servicio público” para garantizar el dictado de clases. Esto se da, por ejemplo, en Neuquén y Chaco. Sin embargo, desde el Frente Gremial insistieron con la garantía constitucional del derecho de huelga.