Se realizó en Rosario a un varón de un mes y es el primero de su tipo en la Argentina.Samuel es “el escuchado por Dios”. No hay dudas, Samuel nació el mes pasado y se convirtió esta semana en el primer caso de un trasplante hepático a un recién nacido en la Argentina, según los registros del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai). Y especialistas coinciden en que también es uno de los pocos a nivel mundial.
Está internado en el Sanatorio de Niños de Rosario y, según los facultativos que lo asisten, su evolución está en los parámetros normales para un post-operatorio de estas características.
“Samuel sufrió una insuficiencia hepática por un síndrome que provoca una sobrecarga de hierro en el organismo. Si no recibía un hígado nuevo, no tenía ninguna chance de sobrevivir”, explicó Alejandro Costaguta, subjefe del equipo de trasplante hepático de la institución.
Valeria, la madre del paciente, todavía no puede creer todo lo que pasó en tan poco tiempo. “La operación fue un éxito y es probable que en pocos días pueda volver a su casa”, reseñó ante la prensa local.
“Como las posibilidades de obtener el órgano eran escasas empezamos a preparar a su padre para que fuera el donante. Pero el mismo día en el que estaba prevista la operación, nos llamaron de Buenos Aires para informarnos que había aparecido un donante cadavérico”, mencionó el cirujano Daniel Beltramino, jefe del equipo de trasplante hepático del Sanatorio de Niños y una de las manos expertas que desarrolló la intervención.
Otro médico del grupo, el cirujano Lisandro Bitetti, viajó hasta un hospital del partido Malvinas Argentinas, en el Gran Buenos Aires, donde realizó la ablación del órgano al donante, un niño de siete años que falleció a causa de un problema neurológico congénito. A las horas regresó a Rosario, donde de inmediato comenzó el implante.
La intervención demandó ocho horas y media de trabajo en el cuerpo de Samuel, que ingresó en el quirófano pesando sólo cuatro kilogramos. “Tuvimos que trabajar con lupas”, recordó el doctor Bitetti.
“Cuando vimos que funcionaba, que la bilis corría y que clínicamente el bebe estaba respondiendo bien, fue muy emocionante”, apuntaron otros facultativos.
El recién nacido pasará algunos días más en la sala de Neonatología mientras su familia espera ansiosa trasladarlo hacia su domicilio.