Un grupo de estudiantes de Aeronáutica de la Universidad de Stanford, trabaja en el diseño aerodinámico y abre camino a los vuelos supersónicos en aviones que desafían la velocidad del sonido, superándola en 1,5 veces, es decir volando aproximadamente a 1837 kilómetros por hora.
Ocho estudiantes del Departamento de Aeronáutica y Astronáutica de la Universidad de Stanford, liderado por dos profesores españoles, Juan José Alonso, docente en esta Facultad desde hace 13 años, además de director del programa de aeronáutica de la NASA durante dos años, y Francisco Palacios.
Según las declaraciones de Alonso, este grupo empezó a trabajar hace 20 meses en el proyecto SU2, “un programa de diseño aerodinámico para optimizar los aviones, es decir, para lograr modelos que consuman menos combustible, que causen menos gases de efecto invernadero, menor ruido y que vuelen a más velocidad y altura”. “Para ello creamos modelos por ordenador y los combinamos con optimizadores para que nos digan que forma del avión es preciso cambiar con objeto de conseguir un aparato mejor que los de hoy en día en un 20 ó 30%”, añade.
Esas computadoras pertenecen al centro de investigación de la NASA, se trata de unas máquinas apodadas “sequoia” que analizan millones de datos en cuestión de segundos y que equivalen a la potencia de 10.000 ordenadores personales juntos.
Por su parte, Francisco Palacios explicó que este método “va a revolucionar la aeronáutica”. Las implicaciones son enormes para el mundo de la aeronáutica, “ya que por primera vez un programa de diseño de aviones y otros aparatos se ofrece libre y gratuito, abierto a cualquier empresa, centro educativo y particular que esté interesado en descargárselo”, explica Palacios, promotor de la iniciativa. “La idea es poner el conocimiento al alcance de todos. Y, no sólo eso, abrirlo para que así quien lo desee pueda contribuir con su aportación personal a mejorar el programa y avanzar unos pasos más en su desarrollo”.
Muchas universidades y empresas se han interesado por conocer este proyecto, entre ellas, Ferrari, Boeing y Rolls-Royce. Además lo más importante, es que la NASA, va a financiar a través de la empresa Lockheed Martin la construcción de un avión supersónico basado en el modelo de diseño de los alumnos de Stanford.