Así lo indicó el analista político en la 99.9 respecto de las declaraciones de Larry Kudlow, aunque aclaró que “no se le escapan estas cosas sin haber hablado antes con el gobierno argentino”.
La exposición internacional de una persona muy cercana al gobierno de Donald Trump sobre el avance en un acuerdo con el gobierno argentino para una nueva convertibilidad abrió un nuevo debate sobre la necesidad de este tipo de medidas.
El analista Sebastián Maril se refirió en la 99.9 a los dichos de Larry Kudlow que es quien preside un departamento interno de la Casa Blanca que asesora al presidente en temas económico: “no se le escapan estas cosas sin haber hablado antes con el gobierno argentino. De ahí a que esto esté avanzado como lo dijo, lo dudo”, aclaró inicialmente.
El problema pasa por ser un país que está pendiente todo el tiempo del dólar: “dijo que la única solución para Argentina cuando tuvo estos problemas fue una salida ordenada del peso porque es uno de los pocos países que respira, compra y vive en dólares, cada vez que hay un punto y coma fuera de lo común va y compra dólares”. Es tan grande esa dependencia que agregó: “los dos países que más dólares per cápita tienen en el mundo son Rusia y Argentina. Cuando leemos el título convertibilidad o dolarización antes de pegar un grito en el cielo, pensemos que significa esto. El gobierno también nos debe explicar si está pensando hacer esto y que ventajas traería”.
Para no repetir estas historias, lo ideal sería dejar de pensar en verde todo el tiempo y eso se debe hacer a través de un cambio cultural: “a los argentinos no nos gusta el cambio, pero tenemos que adaptarnos porque estamos en medio de una crisis. El argentino tiene que cambiar su mentalidad y eso demanda toda una generación para indicar que no podemos vivir más del estado, sino buscar alternativas para que cada vez que el mundo se resfríe nos enfermemos nosotros”, pidió.
En medio apareció una carta de Agustin Rossi pidiendole al FMI que no le preste dinero al gobierno nacional, lo que es percibido por Maril como una demostración de la desunión que existe en la política argentina y la imagen que refleja en el exterior: “en otros países, cuando les va mal, la clase política se tapa la nariz y apunta hacia el mismo lado. Si la oposición, que podemos poner como la carta de Moreno, le dice que no le manden la plata a Argentina parece que quisiera que le vaya mal al país. La única manera de palear la crisis que viene es con fondos de afuera, entiendo que es endeudamiento, pero tenemos que mostrar un país unido en estos temas aunque no me guste dialogar con el FMI. La carta no afectará la decisión del Fondo pero muestra la profunda división política que hay”, finalizó.