Según las autoridades italianas no existe ningún vínculo entre las víctimas aunque la policía cree que todas ellas podrían estar relacionadas.
La violencia no da tregua a Nápoles. En sólo dos días seis personas han sido asesinadas por arma de fuego en la ciudad italiana en crímenes que podrían estar relacionados con la mafia, según las autoridades italianas. Una violencia que no sucedía desde la última ‘faida’, la guerra entre familias mafiosas de 2004. Las últimas dos víctimas de la criminalidad organizada han sido Carlo Nappello, de 44 años, y su sobrino, que también se llamaba Carlo Nappello, de 23.
Los dos fueron acribillados este sábado en mitad de la calle y a plena luz del día por un individuo a bordo de una moto en el barrio napolitano de Miano, donde ‘gobierna’ el clan de Lo Russo. Sólo pocas horas antes, Carmine Picale, de 29 años, fue asesinado mientras salía de un bar de copas en el centro de Nápoles. El autor del crimen, que llevaba un casco de moto que ocultaba su rostro, se acercó a la víctima y descargó contra ésta diez disparos.
Picale era un nombre conocido para la policía. El jueves, un empresario de 72 años, Salvatore Caputo, fue hallado muerto en su coche con el cuerpo cubierto de balazos mientras que otro hombre de 50 años y su hijo de 30, Vincenzo y Emanuele Staterini, fueron asesinados delante de una docena de testigos en un bar del barrio napolitano de Chiaia. Según las autoridades italianas no existe ningún vínculo entre las víctimas aunque la policía cree que todas ellas podrían estar relacionadas en algún modo con los distintos clanes de la Camorra que ‘reinan’ en Nápoles.
Para el alcalde de la ciudad, Luigi de Magistris, el problema de fondo es la falta de medios para acabar con la violencia de manera definitiva. “Las armas no se las pueden ir a quitar los alcaldes o los párrocos sino las fuerzas del orden y la magistratura que en Nápoles trabaja bien y con sacrificios enormes. Sin embargo, no se ha producido el refuerzo cualitativo y cuantitativo que nos había prometido el Gobierno”.