Es apto para personas con discapacidad en sus miembros inferiores y está preparado para circulación urbana.
Estudiantes y graduados de la carrera de Ingeniería Industrial en la UTN Buenos Aires crearon EXODIA, moto-vehículo eléctrico de tres ruedas, apto para la circulación en la vía pública. El equipo está conformado por Guido Barreyro, Rodrigo Clausell, Mauro Currao, y Sebastián Melina, que desarrollaron el prototipo como Proyecto Final de carrera.
“Faltaba un medio de transporte que fuera estable y ágil para recorrer distancias cortas. Hoy en día comprar un auto sale caro, sumado a todos los problemas de tránsito que hay. Y una moto ocasiona un promedio de 20 muertes por día. En ese sentido, EXODIA se ajusta mejor a estos problemas, con el plus de que se trata de un transporte eléctrico; de esta manera se reduce la contaminación, tanto fósil como sonora”, explicaron los desarrolladores.
Los creadores del proyecto agregaron además que “se trata de un transporte adecuado para personas con discapacidad en sus miembros inferiores”.
EXODIA es un tipo de vehículo que aún no existe en la Argentina, si bien hay modelos similares en otras partes del mundo. “Este vehículo cumple los requerimientos para circular por la ciudad, a diferencia de otros medios de transporte pensados para barrios cerrados o zonas rurales, -explicaron-. Aún falta, sin embargo, la regulación local para transporte eléctrico. Hoy existe el ingreso de vehículos similares provenientes de China. La diferencia es que EXODIA está adecuada al mercado argentino. Preparamos el proyecto para que, en el caso que se resuelva esta nube legal, nuestro proyecto cumpla normativas de seguridad y podamos sacarlo al mercado”.
Tres de los cuatro estudiantes se graduaron los últimos días de 2017. Comenzaron a estudiar los cuatro juntos, y consideran que este proyecto “es el broche de oro” de la carrera. “Nos fuimos metiendo en el proyecto, sin saber cómo iba a terminar. Aplicamos todo lo que vimos, y nos esforzamos. Tuvimos que trabajar mucho después de hora, administrando bien el tiempo, porque todos trabajamos y estudiamos”, afirmaron.
Asimismo, destacaron que tuvieron “un fuerte apoyo y colaboración de docentes y de la familia”. En especial de la agencia AP Motos, del padre de uno de ellos. “Arrancamos el proyecto en abril, con el chasis de un cuatriciclo chocado. Es un tipo de proyecto que lleva mucho tiempo, así que fue un acierto arrancar temprano. Lo fuimos tocando, armando y desarmando. Compramos materiales y repuestos, a los cuales le realizamos diferentes tipo de operaciones y modificaciones, como torneado, soldado, cortado, doblado, etc., para poder adaptarlos a nuestro producto. Fuimos para ello a la Escuela Técnica Nº 23 Casal Calviño”, detallaron.
“Teníamos algunos repuestos en la agencia, otros tuvimos que adaptarlos al proyecto, -mencionaron-. Buscar el motor eléctrico no fue fácil, como tampoco el vínculo con proveedores. Al tratarse de un prototipo para un desarrollo universitario muchas veces no causa interés”.