“Siento vergüenza; me formé para salvar vidas”

Le pidió perdón a la madre del ladrón muerto. Y admitió que tiene “mucho miedo”.

Lino Villar CataldoLa historia de Lino Villar Cataldo podría ser la de un cuento inspiracional: un chico que llega a la Argentina desde el Paraguay profundo, pasa su adolescencia en una villa del conurbano y se recibe de médico, para el orgullo de un padre que le hace prometer que nunca le dará la espalda a un paciente que no tenga dinero. Pero la historia de Villar Cataldo no aparece en Google por eso, sino porque hace una semana mató a un ladrón que le apuntó con un arma para sacarle su auto en la localidad bonaerense de Loma Hermosa.
Con la cara marcada por las trompadas que recibió antes de apretar el gatillo, este médico de 61 años tuvo una entrevista mano a mano con Alejandro Fantino en su programa “Animales Sueltos”, en la que le pidió perdón a la madre del joven muerto, admitió que siente “mucha vergüenza” por lo que pasó y “mucho miedo” de que lo maten a él y a sus hijos. El profesional, que recuperó su libertad el miércoles tras pagar un millón de pesos de fianza y permanecer cinco días preso por homicidio, explicó que disparó porque creyó que lo mataban.
“Yo realmente miro a la gente y tengo ganas de agachar la cabeza, siento mucha vergüenza, nunca pensé en esto, no estoy preparado para esto, me formé para otra cosa”, afirmó. Villar Cataldo dijo “comprender el dolor de madre” -en referencia a la madre del joven fallecido, Ricardo “Nunu” Krabler (24)- y mirando a la cámara y entre lágrimas afirmó: “Le pido perdón, no tuve nunca la intención de sacarle la vida a su hijo”.
Poco antes, el médico detalló que está viviendo “escondido”, que extraña a sus pacientes porque no puede trabajar y que se quiere ir del país o al interior, pero la Justicia se lo prohibe.
“Tengo mucho miedo, pero mucho más miedo de que maten a mis hijos. Hoy les rogaba que no salgan a la calle, que se queden todo el día adentro de casa. No sé cómo va a continuar esto, no sé cómo va a seguir la seguridad de mis hijos”, dijo Villar Cataldo, todavía con un hematoma en la frente y en uno de sus ojos, por el golpe que recibió en la cabeza al momento del asalto.
“No se qué va a ser de mi vida de acá en adelante. Donde yo tengo el consultorio vivía mi hijo. Tuvimos que abandonar esa casa y mi hijo se quedó sin casa por las amenazas. Mis hijos me decían ‘papá, en el mismo momento en que vos estabas ahí y que estaba la Policía, se escuchaban los tiros que tiraba esa gente al aire (como amenaza)’”, contó. Además, explicó que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, prometió poner “todo lo necesario” para brindarles protección.
“A mi, desde muy chiquito, siempre me enseñaron el sacrificio, el trabajo, la honestidad. Pero (los familiares del joven muerto) de eso no hablan, hablan permanentemente de agresiones, hablan de venganza, de matar, de quemar, lágrima por lágrima lo va a pagar. ¿Quién me va a proteger de todo eso, cuánto va a ser así­, cómo va a ser mi vida después de todo esto?”, se preguntó.
Villar Cataldo agregó que “nunca más” quiere tocar un arma de fuego y le sugirió “a la gente que no compre nunca” una, tal como lo hizo él porque sufrió cinco o seis episodios de inseguridad. “Después de esto, aunque la justicia me diga ‘venga a retirar su arma’, no la quiero”, remarcó.

“SENTI QUE ME MATABAN”

Luego se refirió a lo ocurrido el viernes pasado a las 21, cuando salía de su consultorio en su Toyota Corolla y lo encañonó un joven armado con un pistolón que, se determinó luego, no estaba cargado.
“Yo pensé que si no hacía eso, estaba muerto, yo no tuve nunca intención de matar a nadie, defendí mi vida”, sostuvo el cirujano, que consideró que él es una “víctima” porque salía de trabajar y fue agredido. “Yo veía la muerte, sentía que me moría, sentía que me mataban. Tras recibir este golpe (por el de la cabeza) fui sacado violentamente del auto, me caí en la cuneta que está entre el cordón y la calle y (el ladrón) me pasó con las ruedas del auto sobre las rodillas”, recordó.
Según su relato, tuvo que rodar por el suelo para que no lo volviera a pisar con el auto, y tomar el arma que tenía en el cantero del frente de la casa. “Todo pasó en segundos”, aseguró el médico, que dijo que tras disparar -no pudo precisar cuántas veces- entró a la casa, dejó el arma en el escritorio y llamó al 911.
Si bien no lo mencionó en la nota, en su descargo ante la Justicia el médico dijo que debió disparar porque el ladrón le apuntó y le dijo: “¡Te voy a matar hijo de puta!”. Krabler recibió cuatro disparos y murió dentro del auto.
“No se si es mejor o peor tener un arma, porque nos matan aún cuando uno les entregue todo. Le diría a la gente que no compre nunca un arma”