Una investigación realizada por científicos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, descubrió que un medicamento contra el cáncer es capaz de revertir los déficits de memoria provocados por el Alzheimer. El ensayo fue realizado en ratones.
La investigación, financiada por el Instituto Nacional de Salud en el Envejecimiento de los Institutos Nacionales de Salud norteramericanos y la Asociación de Alzheimer, examinó los resultados del bexaroteno, aprobado por la Agencia Estadounidense del Medicamento para su uso en casos de linfoma de células T cutáneos.
De esta manera, pudieron comprobar que el medicamento mejoró los déficits cognitivos en ratones que padecen mutaciones de genes relacionados con la enfermedad del Alzheimer. Sin embargo, no se pudo confirmar el efecto sobre las placas amiloides.
“Creemos que estos hallazgos tienen una base sólida para continuar la exploración de bexaroteno como tratamiento terapéutico para la enfermedad de Alzheimer”, afirmó el autor principal del estudio, Rada Koldamova, profesor asociado en el Departamento de Salud Ambiental y Ocupacional de Salud Pública de Pittsburg.
Las placas amiloides son fragmentos de proteínas tóxicas llamadas beta-amiloide que dañan las neuronas en el cerebro y podrían ser las causantes de la enfermedad de Alzheimer y de la pérdida de memoria. “Si bien hemos podido comprobar que los ratones recuperaron rápidamente sus habilidades cognitivas perdidas y confirmado la disminución de péptidos beta-amiloide en el líquido intersticial que rodea las células del cerebro, no se encontró ninguna prueba de que el medicamento haya eliminado las placas de sus cerebros”, señaló el coautor del trabajo Iliya Lefterov, profesor asociado en el Departamento de Medio Ambiente, Salud Pública y Salud Ocupacional de Pitt.
Según los investigadores, este medicamento funciona a través de un proceso biológico diferente, tal vez mediante la reducción de los oligómeros solubles que, al igual que las placas, se componen de los fragmentos de la proteína beta-amiloide tóxica. Sin embargo, los oligómeros están formados por cantidades más pequeñas de beta-amiloide y, a diferencia de las placas, todavía son capaces de “moverse”.
“Encontramos una disminución significativa de los oligómeros solubles. Es posible que los oligómeros sean más peligrosos que las placas en las personas con la enfermedad de Alzheimer. También es posible que la mejora de las habilidades cognitivas en los ratones tratados con bexaroteno no estén relacionadas con la proteína beta-amiloide, y que el fármaco funcione a través de un mecanismo completamente diferente, desconocido”, señaló el Koldamova.